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Papa: Cristianos, no tengan miedo de serlo

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Inma Álvarez - publicado el 13/02/13
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Dedica su última catequesis a hablar del amor de Dios

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El Aula Pablo VI acogió hoy la que probablemente sea la última catequesis de Benedicto XVI como Papa, en medio de un ambiente muy emotivo. El pontífice, interrumpiendo – esta vez para siempre – su ciclo de catequesis sobre el Credo, quiso dejar un “testamento espiritual” a los presentes, hablándoles de un Dios amor que él siempre quiso reflejar en su magisterio, y especialmente en sus tres grandes encíclicas.
 
El Papa comenzó refiriéndose al evangelio de hoy, las tentaciones de Jesús en el desierto. “¿Cuál es el nudo de las tres tentaciones?”, se pregunta: “Es la propuesta de instrumentalizar a Dios, de usarlo para los propios intereses, para la propia gloria”.
 
Se trata, en el fondo, “de ponernos nosotros en el lugar de Dios, apartándolo de nuestra propia existencia y haciéndolo parecer superfluo”. “Cada uno debería preguntarse, por tanto: ¿qué lugar tiene Dios en mi vida? ¿Es Él el Señor, o lo soy yo?”.
 
Superar esta tentación, explicó, eso es lo que significa “convertirse”. “Convertirse significa dejar que Dios nos transforme, dejar de pensar que somos nosotros los únicos constructores de nuestra existencia. Significa reconocer que somos criaturas”.
 
Hoy, subrayó, “ya no se puede ser cristianos como simple consecuencia de vivir en una sociedad que tiene raíces cristianas: también el que nace en una familia cristiana y es educado religiosamente debe, cada día, renovar la elección de ser cristiano, es decir, dar a Dios el primer lugar, frente a las tentaciones que una cultura secularizada le propone continuamente”.
 
Las pruebas que hoy debe afrontar un cristiano, “son muchas”, advirtió el Papa, “y afectan a la vida personal y social”.
 
“No es fácil ser fieles al matrimonio cristiano, practicar la misericordia en la vida diaria, dejar espacio a la oración y al silencio interior; no es fácil oponerse públicamente a decisiones que muchos consideran obvias, como el aborto en un embarazo no deseado, o la selección de embriones para prevenir enfermedades no deseadas”.
 
Sin embargo, afirmó el Papa, “También en nuestra época de eclipsis del sentido de lo sagrado, la gracia de Dios actúa y obra maravillas en la vida de tantas personas”.
 
En nuestra época “no son pocas”, afirmó el Papa, las conversiones de personas procedentes del más duro ateísmo. “El Señor no se cansa de llamar a la puerta del hombre en contesto sociales y culturales que parecen tragados por la secularización”, aseguró, citando los testimonios del pensador ruso Pavel Florenskij, o de la judía Etty Hillesum, muerta en Auschwitz, que encontró a Dios precisamente en la “gran tragedia del siglo XX, el Holocausto”, o de la periodista norteamericana Dorothy Day.
 
Por ello, concluyó, el amor de Dios es la “alternativa” a las tentaciones de Jesús: alternativa “entre poder humano y amor de la Cruz, entre una redención vista sólo en el bienestar material, y una redención como obra de Dios, al que damos la primacía de nuestra existencia”.

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