El amor empieza con Dios y termina con la entrega diaria de uno mismo cada día a los demás1. El amor empieza por amar a Dios, y dejándonos amar nosotros mismos por Dios.
Muchos de nosotros gastamos la vida entera buscando el amor, buscando alguien o algo que nos “llene”, que nos haga sentirnos amados, apreciados y aceptados. Según el padre Larry Richards de la Reason for Our Hope Foundation, estamos a menudo buscando, como dice la canción, “en todos los sitios equivocados”.
“Cuando se trata del amor, nos gusta perdernos” dijo el padre Larry a Aleteia. “Lo que el corazón de cada uno necesita, creo, es el amor. E intentamos que los otros llenen esta profunda necesidad en nosotros, pero ellos sólo pueden llenarla parcialmente, porque todos somos seres humanos limitados”.
“El único que puede llenar la más profunda necesidad de nuestro corazón es Dios, que está más allá de lo finito, que es infinito. Él puede colmarnos una y otra vez, tan plenamente, con su amor, que entonces sobreabundamos de su amor y podemos llevarlo a otras personas”
El padre Richards reflexionó que parte de nuestro problema es también que no comprendemos quién es Dios, y como resultado de ello, qué es el amor: “Pensamos en Dios como en este gran Ogro en el cielo. No lo decimos, pero lo pensamos”.
Afirmó que mucha gente piensa que Dios va a por ellos, o que espera que fallen para poder castigarles o hacerles sufrir.
Pero Dios no es así: “Dios hace todo lo que puede para salvarnos, amarnos, y no puede hacer ya más de lo que ha hecho, así que cuando llegamos a saberlo, nos convertimos en instrumento de amor hacia los demás”.
Y aprender a amar no es fácil, añadió, o algo en lo que uno se pueda hacer experto con rapidez: “creo que es un objetivo que dura toda la vida, y algo que empezar especialmente cuando eres joven”.
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2. Por desgracia, hay muchas ideas sobre el amor que se quedan cortas ante la realidad del amor.
“[El amor] tiene que ver con entregarte a ti mismo, que es lo opuesto de lo que dice el mundo”, dijo el padre Richards a Aleteia. “Todos lo sabemos de forma intuitiva […], pero al mismo tiempo, no lo vivimos”.
Afirmó que muchas concepciones modernas del amor, como las que se ven en las comedias románticas y en las canciones pop, como ideas falsas que atraen a la gente porque está hambrienta de amor.
“Cuando la gente está hambrienta, y quiere comer, no se preocupa de lo que es, se come cualquier cosa”, afirmó. “la Madre Teresa solía decir que la gente en la India está tan hambrienta que iría a buscar excrementos de perro y comérselos, para intentar llenar el vacío.
“Creo que la gente joven, y todo el mundo, está tan hambrienta de amor, que intenta llenarse con todas estas cosas, que son falsificaciones, y basuras, y no les llena”.
Dijo que otra idea falsa sobre la vida en general es que la gente piensa que es suficiente con hacer lo que es correcto. Según el padre Richards, esto no es suficiente, especialmente para un cristiano.
“Puedes ser un ateo y hacer lo correcto, y esto no hace de ti un cristiano”, explicó el sacerdote. “Por eso, tenemos buenas personas que hacen gestos y que van a la iglesia el domingo, y no son diferentes de los ateos.
“Se conforman con hacer gestos, cumplir los mandamientos, y eso es bueno, pero no es relación. Se trata de amor, se trata de tener experiencia del amor y de dar amor”.
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3. Si quieres aprender a ser uno que ama, empieza por la oración.
La oración, según el padre Richards, es el primer paso para ser una persona que ama. Y no se trata sólo de recitar oraciones de memoria que aprendimos de niños, sino más bien, “la oración de estar en la presencia de Dios”.
“Una buena forma de rezar”, dijo, “es dedicar cinco minutos al día, y empezar con un ‘lo siento’, y deshacerte de las cosas que te separan de él”.
“Después”, prosiguió, “nos abandonamos a él, porque amar significa abandonarse – ‘me doy a ti’ – esto es el amor”.
“Y en tercer lugar, sólo tienes que cerrar los ojos, y pedir al Dios del universo que te sostenga”, explicó el sacerdote. “Y entonces durante tres o cinco minutos, sólo siéntate en los brazos de Dios y pon la cabeza junto a su pecho como Juan evangelista hizo en la Última Cena, y escucha el latido de su corazón”.
Y cada vez que su corazón late, oye cómo el Dios del universo dice ‘te quiero’, ‘te quiero’”.
El sacerdote reflexionó que a menudo se nos escapa la clave de la oración: “tiene que ver con la relación, con dejar de quedarse en los gestos de ser católico o cristiano, y realmente integrar esto en nuestras vidas, y entonces nos podemos transformar”.
“Y una vez tienes experiencia del verdadero amor”, añadió. “entonces puedes ser verdadero amor en el mundo”.
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4. El amor es también práctico: para ser una persona que ama debes hacer actos desinteresados todos los días.
Cuando Aleteia preguntó al padre Richards qué podemos hacer para ser mejores amantes, él no dijo nada sobre velas con forma de corazón, rosas, bombones o cenas sorpresa. Estos detalles populares pueden simbolizar el afecto y estima por los demás, pero la tarea real de amar es algo muy distinto.
Ser una persona que ama, dijo, es “prácticamente perder tu vida cada día”. “Es una vida de servicio”.
De hecho, sugirió repetirnos a nosotros días un “mantra de amor” diario: “Soy el tercero – Dios es el primero, los demás son los segundos, y yo soy el tercero”.
Y al final de cada día, podríamos preguntarnos a nosotros mismos: “¿Hice al menos una cosa desinteresada por alguien hoy? Si la respuesta es no, entonces has desperdiciado tu vida en Cristo hoy, sólo has vivido para ti mismo”.
El amor es muy práctico, concluyó: “La gente habla sobre cómo ser un buen amante, pero ¿cómo amas tu? ¿Te preocupas más por los otros? ¿Cómo se manifiesta esto en tu vida? ¡Muéstramelo! Haces actos desinteresados todos los días?”
“Son estas pequeñas cosas las que hacen real el amor ”
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