Más allá de sancionar a los padres cuando sus hijos se intoxiquen, el problema requiere una estrategia socialComo media, las personas empiezan a beber bebidas alcohólicas a los 13 años, una edad en la que el cerebro, el hígado y el páncreas todavía no están formados y son muy vulnerables, destacaba este miércoles en Madrid el Delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas al presentar la nueva campaña contra el inicio temprano en el consumo del alcohol.
Además de los perjuicios físicos, beber afecta negativamente el desarrollo mental y emocional de los menores y puede llevar al fracaso escolar y a conflictos en la familia.
Pero la situación puede cambiar igual que se ha conseguido modificar el consumo de tabaco, asegura la Confederación Católica de Padres de Familia y Padres de Alumnos (CONCAPA) en una nota publicada el 6 de junio.
Para erradicar el consumo de alcohol entre menores, CONCAPA propone aumentar la inversión en familia y escuela para educar en la prevención, sancionar duramente a los que proveen de alcohol a los menores, facilitar otros modos de ocio alternativo –en lugar de crear botellódromos desde los respectivos ámbitos de gobierno municipal-, en definitiva, plantear un gran pacto social para erradicar el problema, cuya solución es mucho más compleja que poner trabas a un consumo perjudicial.
Según CONCAPA, el problema no es sólo de los jóvenes y sus familias, por lo que no basta con sancionar a los padres cuando sean responsables por desatender a sus hijos.
“Con respecto a la sanción a los padres en los casos de situaciones de intoxicación y coma etílico en menores, es cierto que los padres somos siempre los primeros responsables de nuestros hijos pero primero es preciso acompañar y formar antes de sancionar, especialmente después de haber sido desprovistos de la autoridad familiar por medios legales y sociales”, señala la nota.
“Por ello creemos que lo primero será asesorar y apercibir a la familia, y sólo en el caso de que esto no resulte suficiente habrá que plantearse medidas sancionadoras que pueden llegar a la retirada de la guarda y custodia”, añade.
Para los jóvenes mayores de 16 años, según esta entidad de padres católicos “la solución pasa por las sanciones directas con contenido educativo como los trabajos sociales en beneficio de la comunidad, sin perjuicio de la responsabilidad civil que incumba a sus progenitores por los daños que puedan ocasionar”.
CONCAPA considera el consumo de alcohol entre menores como un verdadero problema social sobre el que hay que hacer una profunda reflexión de manera que se faciliten los cauces de inserción en la comunidad de los adolescentes, y se invierta más para educar en la prevención de consumos como el tabaco, el alcohol y las drogas.