La JMJ no debe provocar sólo entusiasmo, sino cristalizar en acciones concretas
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
El sacerdote franciscano, fray Eulalio Gómez Martínez, Guardián de la fraternidad “Fr. Gabriele M. Allegra”, del Colegio Internacional San Antonio, en Roma, analiza, en entrevista con Aleteia, temas prioritarios como la vena “franciscana” del Papa Francisco, su repercusión en América Latina y lo que pueden esperar de él –así como lo que pueden hacer por ellos mismos– los jóvenes que lo habrán de acompañar en la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro.
¿Qué ve usted de “franciscano” en el Papa Francisco?
La fe que tiene de que la no búsqueda de poder es un fermento actual para cambiar la Iglesia y el mundo. San Francisco renunció a todo poder, no a la autoridad, que no es lo mismo. La compasión hacia los enfermos. San Francisco sentía compasión por los leprosos de su tiempo. Tener fe de que una vida sin ostentación ni de lujos –San Francisco eligió por Dama a la pobreza- es motor de cambio en muchas mentalidades, y, finalmente, el cuidado por las criaturas.
¿Será el Papa un revulsivo para la renovación del catolicismo en América Latina?
Podría serlo por su forma de ser y su origen latinoamericano, pero sólo si nos dejamos movilizar efectivamente a renovar la Iglesia y el mundo, primeramente por el amor a Jesucristo, a la Iglesia y al mundo y, también, por amor al Papa. La reunión, el documento y las decisiones tomadas en Aparecida –en la cual fue pieza importante el cardenal Bergolio, esperan ser puestas en práctica en forma masiva, constante.
¿Qué se puede esperar del Papa y de los jóvenes en la próxima JMJ de Río de Janeiro?
Sin duda un relanzamiento de la generosidad juvenil hacia la acción en favor del mundo desde la fe de la Iglesia. Que los jóvenes, sin quitar su entusiasmo, no se limiten a él durante la visita papal, sino que se organicen paulatina y seriamente. Son una gran fuerza y traen muchas cualidades. Que recuerden que ellos son los mejores evangelizadores de los otros jóvenes.