Todos los temas predilectos de Benedicto XVI y de Francisco se encuentran en la nueva encíclica
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« Lumen Fidei »-La luz de la fe- : ¡Ya ha salido la tan esperada primera encíclica del Papa Francisco ! Un texto de 85 páginas y 60 párrafos que fue presentado este viernes 5 de julio a todos los periodistas por tres jefes de dicasterio : el cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los obispos ; monseñor Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y monseñor Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización.
El documento se ha escrito « a cuatro manos» : muy pensado y escrito por Benedicto XVI antes de que renunciara a su ministerio, y después completado por su sucesor, el Papa Francisco, que ha decidido hacerla suya, destacando así la continuidad de los dos pontificados.
El que cree, ve. El que cree nunca está solo, porque la fe es un bien de todos, un bien común que permite distingir el bien del mal, para construir nuestra sociedad dando esperanza: este es el corazón del documento.
La fe « no nos separa de la realidad, sino que nos permite captar su significado profundo ». Una fe ni intransigente, ni arrogante ni impuesta por la fuerza, sino una fe abierta al diálogo que « despierta el sentido crítico » y « los horizontes de la razón para iluminar mejor el mundo », se lee.
Tras la decisión de Benedicto XVI de renunciar a su cargo, este texto estuvo a punto de no ser divulgado entre el gran público, sino sólo publicado de manera privada. El Papa Francisco decidió otra cosa. Lo publica asumiéndolo totalmente, y con razón : se encuentran en él todos sus temas predilectos : solidaridad, justicia, el derecho, la paz y la fraternidad de todos los hombres, hijos de Dios.
Resulta muy difícil reconocer dónde ha puesto su pluma el Papa Francisco. El hilo conductor de las tres virtudes llamadas « teologales » (fe, esperanza y caridad ») que « fundan, animan y caracterizan la actuación moral del cristiano » recorre la encíclica de principio a fin.
La encíclica habla de un mundo actual enfrentado a una « crisis de la verdad » tan grande que ha olvidado « la cuestión de Dios », y de una cultura que cree sólo en la tecnología –« es verdad porque funciona y así hace más cómoda y fácil la vida »- o en las « verdades del individuo, que consisten en la autenticidad con lo que cada uno siente dentro de sí, válidas sólo para uno mismo y que no se pueden proponer a los demás con la pretensión de contribuir al bien común».
El Papa invita a confiar en aquel que conoce la fe mejor que nosotros : ¡Cristo !, así como tenemos confianza en el arquitecto, el farmacéutico o el abogado en nuestra vida cotidiana porque conocen mejor las cosas que nosotros.
Como dijo el cardenal Marc Ouellet al presentar la encíclica a la prensa, « Lumen Fidei se transmite de un pontífice a otro como en las carreras de relevos ». Y viene a cerrar el círculo de la trilogía abierta por Benedicto XVI : Deus caritas est en 2005 sobre la caridad, y Spe salvi en 2007 sobre la esperanza cristiana.