Debate en Andorra sobre la comunicación interpersonal en la “sociedad red”
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¿Lo que nos hace humanos es transmisible a través de aparatos como el teléfono móvil?, ¿la tecnocultura es compatible con el crecimiento humanista?: estas son algunas de las cuestiones que el sociólogo Salvador Giner planteó en el debate sobre la influencia social de las tecnologías aplicadas a la comunicación, celebrado el 5 de julio en Sant Julià de Lòria (Andorra) por iniciativa del obispado de Urgel.
Giner alertó de la “manía del mundo moderno de poner etiquetas a la sociedad humana” y calificó como “mito” la idea de que actualmente vivimos en la sociedad de la comunicación, destacando que “no hay comunicación sin diálogo”.
En su opinión, las tecnologías actuales nos ofrecen sucedáneos de comunicación: “pedazos de información a menudo intrascendentes, que nos acercan casi gritos primarios”, dijo.
Con su escéptica visión del alcance de los dispositivos móviles como canales de comunicación personal profunda, señaló que posiblemente tendrán que pasar diez o quince años antes de tener alguna primera respuesta a las cuestiones que planteó.
Al mismo tiempo, el director del Institut d’Estudis Catalans expresó su confianza en que “siempre habrá una posibilidad de elección personal, por pequeña que sea, tengamos o no un móvil en las manos”.
En la misma jornada de debate, el periodista Josep Cuní constató cómo el teléfono móvil ha cambiado sustancialmente y en muy poco tiempo los hábitos sociales y también los hábitos profesionales de los periodistas.
El teléfono móvil, explicó, ha cambiado nuestra mirada sobre la realidad, restando distancia crítica sobre los hechos del día a día y añadiendo confusión a la hora de discernir lo que es realmente noticia de lo que es meramente anecdótico o banal.
Esta confusión se añade a la que sufrimos a consecuencia de la crisis instalada desde hace unos años en nuestra sociedad, y a la que se suma todavía otro factor de distorsión, como es creer que podemos diseñar y determinar el futuro, cuando el futuro es por naturaleza imprevisible, dijo.
Para el periodista, este clima de confusión nos hace ir nerviosos: el nerviosismo por la inmediatez provoca que acabemos transmitiendo obviedades y anula casi toda posibilidad de reflexión.
Finalmente, el filósofo y teólogo Francesc Torralba destacó que una de las características esenciales del ser humano es la búsqueda de sentido a su existencia y planteó en qué medida esta búsqueda es posible a través de las redes virtuales de comunicación.
Redes sociales como Facebook o Twitter pueden provocar una sensación de soledad y vacío, destacó, y planteó qué encaje pueden tener en este universo virtual instituciones como la familia, la escuela o la Iglesia, que son las que tradicionalmente han ejercido la labor de proporcionar un sentido, personal y social, a la existencia.
Por su parte, el obispo de Urgel, monseñor Joan-Enric Vives, destacó que hoy “nos encontramos en un cruce de la historia”, un lugar de encuentro y de discernimento, lo cual “nos impulsa cada vez más a potenciar lo que es esencial y a transmitirlo con mensajes claros y comprensibles”
Pero un cruce es a la vez un lugar en el que no te puedes quedar, añadió, si no es bajo riesgo de caer en la banalidad o la superficialidad, por lo que hay que tomar un camino a pesar de no tener la certeza absoluta de que sea la mejor opción.
En este sentido, citó al Papa Francisco quien afirmó preferir una Iglesia que se equivoca por hacer algo que no una Iglesia que enferma por quedarse cerrada en sí misma.