Palito Ortega se la regaló a un sacerdote como sintonía de un programa de radio
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En agosto pasado viajé a Argentina con el propósito de hacer un trabajo de investigación para un futuro libro biográfico sobre el Santo Padre Francisco. Entrevisté a personas muy cercanas a su persona y trabajo ministerial en Buenos Aires, recopilé material de archivo y me traje toda su bibliografía editada hasta ese momento.
Intenté ser amplio y abarcativo en las personas que convoqué para que entre todos pudiésemos armar desde la gente un perfil del Papa que vino desde los confines del mundo.
En el ámbito artístico, buscando una figura de la cultura popular de mi país, no dudé en convocar a Palito Ortega. Desde un primer momento mostró su interés de participar en el proyecto, pero con el curso de los días, su participación se dio desde un lugar totalmente impensado por mí al convocarle.
Para aquellos que en este costado del mundo no conocen a Palito Ortega les cuento que su verdadero nombre es Ramón Bautista Ortega y que a los 16 años llegó desde su provincia natal Tucumán a Buenos Aires, en busca de un mejor destino.
Allí trabajó en todo lo que pudo para mandar algún dinero a su humilde familia que quedó en su pueblo tucumano. Entre esos trabajos también vendió café por las calles de Buenos Aires, así fue como un día llegó a la puerta de una radio y de allí no se fue nunca más, ese era el mundo con el que siempre soñó, ya que la música era su verdadera pasión.
A partir de ese momento empezaron una serie de interminables éxitos autorales y como intérprete, que le llevaron a actuar en los principales escenarios de Hispanoamérica, a filmar más de treinta películas y a vender más de cuarenta millones de discos en todo el mundo, siendo sus canciones reversionadas por muchos cantantes en más de veinte idiomas.
Su ligazón es importante con España ya que les escribió canciones a Rocío Durcal, Marisol, Raphael y Julio Iglesias. Durante muchos años fue el protagonista de verdaderos sucesos musicales en las recordadas “canciones de verano”, y algunas de sus películas fueron coproducidas con España, y coprotagonizadas por Rocío Durcal y otra de ellas, por Sonia Bruno.
Cuando me encontré con Palito Ortega en Buenos Aires le hablé del proyecto del libro sobre el Papa y de los programas que en este curso empezaría en Radio María España y Cadena COPE, ante lo cual con mucha generosidad me ofreció escribirme la canción y regalármela para que fuese la sintonía de esos programas.
Así nació “La luz de Francisco” con su melodía bien del norte de mi país, casi un taquirari, una sencilla canción festiva en honor de Francisco, que estrené mundialmente el pasado viernes 25 de octubre en mis programas en España.
Después de unos pocos días puedo afirmar que se ha metido en el corazón de la gente, cerca de 200.000 reproducciones y descargas desde You Tube en su Video Oficial, radios de toda Hispanoamérica la pasan en sus programas, y ya, algunos medios hablan del furor en la gente por la canción de Palito al Papa.
A mí, como sacerdote, me conmueven profundamente los comentarios que a través de los foros y correos electrónicos me van llegando: la gente se emociona con la canción, reza con su letra y al ritmo de su melodía, coros de cofradías y parroquias de España y de muchos lugares del mundo me piden la partitura para sumarla a sus repertorios.
Pero intuyo, que esto recién empieza, la canción está haciendo mucho bien a muchas almas. Agradezco al señor Ortega por su generosidad para conmigo y su determinación de ceder a perpetuidad sus ganancias como autor de “La luz de Francisco” y donarlas a obras de caridad.
Por lo pronto, ya hemos hecho melodía que Francisco llegó “del fin del mundo con la divina misión, de anunciarle a sus hermanos el evangelio de Dios”, y por eso, lo vemos como una “nueva luz, una luz que alumbra a todos, y vamos a rezar por él, como él reza por nosotros”.