separateurCreated with Sketch.

U2: Bono, a pesar de sus contradicciones, afirma su fe en Cristo

whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Enrique Chuvieco - publicado el 03/12/13
whatsappfacebooktwitter-xemailnative

Apoteosis e incoherencias religiosas de la banda de rock más importante del mundo

Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.


Deseo donar en 3 clics

“O Jesús era el que decía ser o fue realmente un pirado. Hay que tomar una decisión. Y yo creo que Jesús fue el Hijo de Dios”. Así de contundente se mostró Bono (Paul David Hewson, Irlanda 1960), líder indiscutible de la banda de rock más polifacética e influyente de las últimas décadas, en una entrevista el pasado mayo en la cadena radiofónica FOFT (Focus on the Family) en Nueva York, donde el grupo graba su decimotercero trabajo de estudio, tras cuatro años sin pisar los estudios desde No line on the horizon.

Decir Bono es decir U2. Aunque la banda irlandesa esté formada por The Edge, Larry Mullen y Adam Clayton, él es la voz del grupo, que desde sus inicios ha manifestado, eso sí intermitentemente, su idiosincrasia cristiana en entrevistas y canciones desde que en 1980 apareció su primer disco, Boy.

En la citada conversación, el tan carismático como provocador en el hablar Bono afirma que, en su “locura”, el Evangelio “es sencillo”, pues “nace un bebé en un pesebre, en un tiempo particular y en una comunidad particular… Así que no hay que ir a la Universidad o hacer un doctorado para entender esto, basta con ir a la persona de Cristo”.

La rebeldía de los 90

No obstante, Bono y el resto de los componentes del grupo (salvo Clayton que siempre se declaro agnóstico) pasaron en la mitad de los 90 por una crisis de fe que les llevó a los excesos del alcohol, el sexo, las drogas, al divorcio de The Edge y a una fractura con el grupo carismático al que pertenecían, como ha reconocido Bono: “Fui buscando el espíritu y encontré alcohol; fui en busca del alma y compre algo de moda; quería encontrar a Dios, pero me vendieron religión”, en alusión a los telepredicadores estadounidenses.

En Achtung Baby (1991), asistimos a un sonido industrial deshumanizado, que nos presenta fotos provocativamente sexuales de su cantante. La lujuria campea en algunos de sus temas y aparece un perfil femenino de Cristo en el corte One, que luego sería banda sonora en la película En el nombre del Padre (1993), como nos informa José Segovia en un completo articulo sobre el grupo.

Con Zooropa (1993), los vemos travestidos de glam-rock, lanzando mensajes contradictorios en sus conciertos desde las pantallas. Bono se vistió de diablo, dijo, inspirado por Las Cartas del diablo a su sobrino, de C.S. Lewis. La grandilocuencia exuberante de Bono convierte su puesta en escena en una pantomima, con una verborrea crípticamente frívola en sus alusiones al Ángel caído.

Este aparente devaneo de U2 parece evidenciar su dolor interno por haber perdido claridades pasadas. Ocasionalmente se abre una grieta para quedar toda la herida al descubierto, como en el tema The Wanderer (El predicador), donde Bono denuncia  la futilidad de una vida sin Dios, al que pone su voz en el disco el cantante evangélico Johnny Cash: “Salí allí fuera/en busca de experiencia/probar y tocar/y sentir lo más posible/que el hombre pueda/antes de arrepentirse”.

Así parece encarnarlo Bono, con cuyo Pop (1997) cierra la trilogía de los noventa en la que el grupo buscó ávidamente experiencias más acordes con el carro del éxito en el que estaban montados, que concluyeron en lugares vacíos de esperanza y verdad, resortes que los habían movido desde sus inicios en los ochenta.

Cómo empezó todo

U2 nace en un colegio de Dublín llamado Mount Temple. Era la única escuela no confesional, pero más de cien alumnos se reunían cada mañana para orar. Allí se conocieron los miembros de la banda y allí Bono encontró a un profesor cristiano que luego sería pastor anglicano y oficiaría en 1982 su boda con una de sus compañeras, Alison Stewart, con la que está todavía casado, de cuyo matrimonio han nacido cuatro hijos y a la que ha dedicado numerosas canciones.

En 1981, apareció su primer trabajo, Boy, de estilo post punk, aunque antes habían grabado su primer single, U2 three, del que hicieron 1500 copias para vender sólo en Irlanda. Su segundo disco, October (1981), fue recibido como “un LP cristiano” por la principal revista musical irlandesa, Hot Press.

Títulos como Gloria y Rejoice son cánticos de alabanza, mientras que Tomorrow o With A Shout (Jerusalem) proclaman la cruz de Cristo. Con su llegada, U2 rompió el silencio que reinaba en el pop de nombrar a Dios en las letras. Hicieron buena la máxima de Larry Norman de que “la mejor música del mundo no podía ser para el diablo”.

En medio de cuestiones que afectaban a la adhesión religiosa The Edge, que estuvo al borde de dejar el grupo, apareció The Unforgettable Fire (1984), que representa todo un salto de madurez, lleno de carga poética y sonidos impresionistas. Le dedicaron una canción a Martin Luther King que cierra el disco de una forma similar a como lo hace el Salmo 40 en War. Este tema está lleno de tristeza al recordar su muerte, que contrasta con la celebración de su vida que hacen en Pride.

En contra de los telepredicadores “que roban el dinero al enfermo y al anciano, ya que al Dios en el que yo creo no le hace falta”, subraya Bono en el concierto grabado en la película Rattle and Hum.

The Joshua Tree (1987) es uno de sus discos más logrados y en él incluyen I Still Haven’t Found What I’m Looking For (Todavía no he encontrado el camino que busco), cantado recurrentemente por Bono y en el que resuena su autobiografía espiritual.

Vuelta a la Gracia

Intempestivo, grandilocuente, ególatra y obsceno, por momentos, Bono ha conocido y reconoce el mal que bulle dentro de él: “La razón por la que me atrae la luz de las Escrituras es porque muestra otro lado de mí que permanece oculto”. Es alguien consciente de su capacidad de lo mejor y lo peor: “Me gustaría poder vivir al nivel que exige el cristianismo, pero soy como un aficionado”.

Con el nuevo milenio, el grupo vuelve a abordar el ser y el destino del hombre. Era el primer partido de la NBA el año 2001 en Los Ángeles. En el intermedio anunciaron repentinamente la actuación de U2 desde Boston. Las cámaras conectaron en ese momento y descubrieron a Bono arrodillado, mientras comenzaba a recitar las palabras del Salmo 116 ante la televisión nacional: “¿Cómo podré pagar al Señor todo el bien que me ha hecho?”.

En el 2005, colgó un rosario en el micrófono del concierto que ofrecía, regalo de Juan Pablo II tras visitarle en el Vaticano, y que lleva habitualmente al cuello. En 2009, en otro concierto en Barcelona, manifestaba con relación a la Sagrada Familia que “Gaudí hacía un lugar donde la gente podía orar. Y para nosotros la música es un acto de adoración. A veces es a Dios, a veces es a tu pareja, pero siempre es adoración”.

Más allá de estos gestos creyentes, U2 volvió impregnar sus canciones con el sello espiritual, eso sí con una calidad muy superior en sus letras, música y puesta en escena que otros grupos de pop cristianos.

Mil caras y una identidad

En el disco que abría este nuevo milenio, All That You Can´t Leave Behind (2000) regresan a la simplicidad de los orígenes en su gira Elevation. Anuncian un nuevo día de esperanza en Beatiful Day. La canción Gracia, que cierra el álbum, vuelve a ser una declaración de fe al estilo de sus primeros discos: “Es el nombre de una chica/pero es también una idea que cambió el mundo”. La muerte de su padre le lleva a escribir varias canciones en su disco How To Dismantle An Atomic Bomb (2004), particularmente Sometimes You Can´t Make It On Your Own. Por eso Bono acaba este disco con una oración: Yahweh.

En No Line On The Horizon (2009), su último disco de estudio, encontramos declaraciones de fe como Magnificient, un desinhibido cántico de alabanza, que se convierte en una oración que recuerda a muchos de los Salmos. El cantante ha dicho que escribió este tema pensando en el Magnificat, que expresa María cuando visita a Isabel. White As Snow está basada en un antiguo himno, Oh, ven, oh ven, bendito Emmanuel.

¿Evangélico, carismático, católico, anglicano…? ¿Incoherente, iluminado irreverente, lenguaraz, prepotente…? Es la urdimbre del poliédrico Bono en estos 33 años que lleva en lo alto del podio, pero también el reconocimiento de Cristo, como Salvador del mundo, que derrama su misericordia continuamente: “En el centro de toda religión está la idea del karma. Lo que das te viene de vuelta: ojo por ojo, diente por diente. Y aun así, la gracia va más allá de todo eso. El amor interrumpe, si lo deseas, las consecuencias de tus acciones; lo que en mi caso es una gran noticia; ya que he cometido muchos errores estúpidos”.

 

¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Tags:
Aleteia vive gracias a sus donaciones

Permítenos continuar nuestra misión de compartir información cristiana y bellas historias apoyándonos.

banner image
Top 10
See More
Newsletter
¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.