Miles de fieles, en su mayoría hispanos, recorren las calles del Este de la ciudad para venerar a la Emperatriz de América
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A principios de diciembre, el “mes del cumpleaños de la Virgen de Guadalupe”, miles de fieles, en su mayoría hispanos, recorren las calles del Este de Los Ángeles, California, para venerar a la Emperatriz de América.
Una procesión y misa que ha pasado por varias generaciones y que en este año de 2013 ha llegado ya a su aniversario número 82. En esta edición, la peregrinación llevó por título “Madre mía, evangeliza a tu pueblo”.
Los testimonios recogidos durante la peregrinación son conmovedores, y las representaciones, bailes, danzas y expresiones populares de amor a “La morenita del Tepeyac” representan el mismo sincretismo religioso –mezcla del pasado prehispánico y la religiosidad del pueblo latinoamericano—en Los Ángeles que en Nueva York, Chicago, San Antonio o la Ciudad de México.
La procesión de la guadalupana en el Este de Los Ángeles ha dado, también, la posibilidad de miles de migrantes de expresarse a favor de una reforma migratoria que saque de la oscuridad a cerca de 11 millones de indocumentados que viven y trabajan en Estados Unidos.
Rezar a la Virgen para que haya una reforma migratoria integral
El acto –presidido por el arzobispo de Los Ángeles, monseñor José H. Gómez—tuvo como mensaje el video que hace un par de semanas envió el Papa Francisco al encuentro-peregrinación organizado por la Pontificia Comisión para América Latina en la Basílica de Guadalupe, mismo en el que el Pontífice se refería a la Virgen de Guadalupe como “un regalo de Dios al pueblo mexicano”.
“Ella no se ha aparecido a ningún otro pueblo, se le apareció a Juan Diego, un indígena mexicano humilde, un trabajador ordinario que tenía sus propias alegrías y sus propias dificultades en el trabajo y con su familia como cualquiera de nosotros”, dijo el arzobispo Gómez durante la homilía de la Misa con que concluyó la procesión en el Este de Los Ángeles.
“La Virgen María en su advocación de Nuestra Señora de Guadalupe vino con un mensaje: ‘La buena nueva de la fe, la buena nueva de la misericordia y el amor de Dios’, que envió a través de la persona de Juan Diego con las hermosas señales de las rosas”, añadió el arzobispo de origen mexicano que encabeza la arquidiócesis más grande en composición hispana de Estados Unidos.
“Dios nos sigue hablando en la imagen preciosa de la Virgen de Guadalupe como también a través de las Sagradas Escrituras”, dijo monseñor Gómez quien aprovechó la ocasión para pedir a los presentes y a sus familias que recen para que se produzca lo más pronto posible una reforma migratoria que continúa estancada en la actual legislatura de la Unión Americana.
Monseñor Gómez ha sido uno de los principales impulsores de esta reforma, sobre todo en la idea que ha venido proponiendo la Iglesia católica de no separar a las familias por deportación a su país de origen de uno de sus miembros. “Tenemos que seguir rezando, pidiéndole a la Virgen de Guadalupe para que las leyes de inmigración cambien en el país; que Dios toque los corazones de los políticos”, dijo el arzobispo de Los Ángeles.
Una devoción que data de 1931 en “East LA”
Según informa la publicación digital en español de la arquidiócesis de Los Ángeles, “Vida Nueva”, la procesión en la calle Ford y César Chávez con una asistencia de cerca de 20 mil personas. El recorrido fue de poco más de un kilómetro y medio e incluyó miembros de los “Guadalupanos Unidos” representando a los distintos grupos parroquiales, devotos a Nuestra Señora de Guadalupe y concluyó con la veneración a la imagen de la Virgen Peregrina, una reproducción digital de la imagen milagrosa original que se encuentra la Ciudad de México.
Previo a esta actividad anual en el Este de Los Ángeles, la peregrinación de la Imagen de Nuestra Señora de Guadalupe duró un mes en distintas parroquias de la arquidiócesis.
Desde 1931 los fieles católicos de Los Ángeles han continuado la tradición de honrar a Nuestra Señora de Guadalupe por las calles del Este de Los Ángeles. La procesión se celebra cada año el primer domingo de Adviento. Esto es para permitir que cada parroquia tenga su propia misa y le pueda cantar “Las Mañanitas” a la guadalupana en su 12 de diciembre, día de la fiesta, y al mismo tiempo, tener una celebración grande entre las parroquias.
