Cada año, 22 millones de fieles visitan la “casita del Tepeyac”
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"Renovar la Misión Permanente" fue el lema de la peregrinación anual que realizó sábado 11 de enero la Arquidiócesis de México a la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe.
La peregrinación de la Arquidiócesis de México a la Basílica, es la que abre las peregrinaciones anuales de todas las diócesis del país. Cada año, desde fines del siglo XIX, cada diócesis realiza su visita a la morenita del Tepeyac. Se calcula que 22 millones de personas visitan la Basílica anualmente. Y el número va en ascenso.
A los pies de la Virgen Morena
Presidida por el arzobispo primado de México, el cardenal Norberto Rivera Carrera, la peregrinación reunió a cerca de 30 mil personas procedentes de todas las vicarías de la arquidiócesis. Como es también una tradición, en esta ocasión el arzobispo primado de México presentó las Orientaciones Pastorales que marcarán el rumbo de la Iglesia arquidiocesana durante el 2014; disposiciones que tienen relación con la renovación de la Misión Permanente, que es justamente el lema de la peregrinación.
A través de una circular enviada por la Cancillería de la Arquidiócesis de México, el Cardenal Rivera había hecho una invitación a toda la comunidad arquidiocesana para que al comenzar el año "pongamos a los pies de la Virgen de Guadalupe nuestro caminar arquidiocesano y los proyectos de evangelización de nuestra Iglesia particular, y en continuidad con lo mismo, aquellos de nuestra Parroquia".
A las puertas de la casa de la Virgen Morena, los peregrinos fueron recibidos por el rector del Santuario, monseñor Enrique Glennie Graue y por el Cabildo Guadalupano.
Monseñor Glennie Graue dio la bienvenida a todos files capitalinos implorando a Santa María de Guadalupe que “a cada uno de nosotros nos regale nuevas flores que se impregnen e impriman en la tilma de nuestro corazón” y que “derrame sus bendiciones sobre cada uno de ustedes, sus familias, sus intereses y sus trabajo, y sobre todos los proyectos pastorales de nuestra Arquidiócesis de México”.
Renovar el entusiasmo por la misión
En su homilía, el cardenal Rivera Carrera hizo énfasis en que las Orientaciones Pastorales del 2014 “hacen explícita nuestra comunión con el Santo Padre y el Magisterio de la Iglesia”.
“Teniendo una nueva mirada hacia el mundo, también contemplemos con ojos nuevos nuestra ciudad. Vivimos un momento providencial para aprovechar la experiencia de los últimos veinte años y, con mayor madurez, profundizar en las líneas que se han venido reflexionando como necesarias para fortalecer la Misión Permanente.”, dijo monseñor Rivera Carrera.
Más adelante señaló que el amor de Dios “nos sobrepasa siempre. Nuestro caminar pastoral es una manifestación constante de ello: ¡Cuántas bendiciones inesperadas! ¡Cuántos dones inmerecidos! Es el impulso del Espíritu que nos apremia con amor a renovar nuestra entrega en la misión evangelizadora de la Ciudad”.
El purpurado mexicano animó a todos los fieles laicos “a renovar su entusiasmo para participar activamente en la tarea misionera. Todo el esfuerzo y perseverancia que se tengan en la formación y capacitación para la misión tendrá su recompensa en un mayor y mejor testimonio, especialmente en los ambientes sociales y espacios públicos, lugares en donde se necesitan presencias cada vez más involucradas en acompañar los anhelos de los habitantes de la ciudad”.
Monseñor Rivera tuvo palabras de apoyo a las comunidades femeninas de vida consagrada que acompañaron la peregrinación en gran número. “Su entrega generosa en los ambientes sociales más exigentes, les tiene como una presencia apreciada por la opinión pública”..
Finalizó diciendo que todos los ministros ordenados están llamados a renovar el espíritu de servicio hacia el pueblo de Dios, y a estar siempre dispuestos a ir al encuentro de “quienes necesitan de la salvación que nos trae el Señor Jesús”.
En la perspectiva del 2014 y de la Misión Permanente que, tras Aparecida, ha sido el lema y el motivo de todas las iglesias de América Latina, monseñor Rivera Carrera fue muy claro al recordar a los peregrinos presentes en la Basílica de Guadalupe que “aún tenemos mucho camino que recorrer en nuestra conversión a Jesucristo y a nuestros hermanos”.