La reforma de la Iglesia pasa ahora por una “lista de precios” de referencia para las beatificaciones y canonizaciones: todas las causas deben tener perspectivas equitativas de éxito
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Menos gasto y más justicia… no pasa un día sin que el Papa Francisco se exprese o actúe en este sentido desde el inicio de su pontificado. Y la medida querida por el pontífice es como mínimo inédita: el establecimiento de una “parrilla tarifaria de referencia” para las causas de canonización dirigida a limitar los gastos y a garantizar la equidad entre los distintos dossiers.
Esta nueva disposición, que ya ha entrado en vigor, ha sido comunicada a los postuladores y a los autores de causas de canonización. La Congregación para las Causas de los Santos precisa que es “fruto de un trabajo de colaboración con los distintos postuladores que han respondido positivamente a la petición de la Santa Sede de presentar una rendición de cuentas de sus gastos”.
Instituida en un interés de “sobriedad y de equidad”, esta medida permitirá reequilibrar el acceso a las distintas causas, y a algunas de ellas proseguir hasta lograr el objetivo.
Abrir una causa de beatificación o canonización es abrir un proceso complejo. Un proceso canónico en dos etapas (diocesana y pontifical) que dura mucho tiempo, generalmente dos o tres años, necesita la intervención de numerosas personas, de expertos y de médicos cuando se trata de reconocer un milagro, y gastos no despreciables de viajes y alojamientos.
El coste y duración de los procedimientos acaban por generar desigualdades: los más ricos son favorecidos a la hora de lograr el éxito de la causa de un santo. Por el contrario, una investigación de santidad de un sacerdote o de un laico en un país pobre tiene pocas posibilidades de llegar a término, salvo que esté respaldada y ayudada económicamente por apoyos occidentales ricos y poderosos (Le Point).
Al anunciar esta nueva medida, el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal Angelo Amato, ha animado a hacer donativos para ayudar a la financiación de las “causas más pobres”, destacando que el Papa Francisco desea “que se valore la santidad de sacerdotes y de laicos”.
Desde su elección en marzo de 2013, el Papa va poniendo poco a poco fin a ciertos privilegios; es la tercera decisión que toma en menos de dos semanas: limitar la concesión del título de monseñor, reequilibrar la elección de los cardenales para que cubra todos los continentes, y ahora regular el acceso a las beatificaciones y canonizaciones.