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La historia de fe de un mensaje cifrado sin resolver durante 20 años

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Roberta Sciamplicotti - publicado el 24/01/14
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O de cómo internet también ayuda a percibir la acción de Dios en las personas

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Entre las muchas capacidades de internet está ahora la de ayudar a resolver misterios aparentemente sin solución. El 20 de enero se publicó en un forum americano un mensaje que pedía ayuda para resolver un texto escrito en código, y en un cuarto de hora se encontró una primera solución, después de más de veinte años de intentos infructuosos por parte de los depositarios del texto.
 
El post, titulado “Decoding cancer-addled ramblings” (“Decodificar divagaciones provocadas por el cáncer”), apareció en el forum AskMetaFilter, un forum del sitio Metafilter en el que se puede pedir ayuda a los usuarios sobre cualquier tipo de problema. Fue publicado por el usuario “JannaK”, que explicaba que la abuela, muerta en 1996 a causa de un cáncer muy agresivo, en sus dos últimas semanas de vida ya no hablaba, pero dejó escritos al menos 20 cartoncillos llenos de letras garabateadas.
 
“Mi primo y yo teníamos 8 y 10 años entonces, y creíamos que nos estaba dejando un código. Nos concentramos en los códigos durante unos meses, intentando resolverlos con cifras de sustitución, pero no conseguimos nada”, confesó (Il Post, 22 enero). JannaK explicaba que había encontrado por casualidad unos días antes una de las muchas hijas dejadas por la abuela, y que se había apasionado de nuevo con el misterio. El nuevo mensaje estaba dividido en dos partes, la primera sobre el anverso, la segunda sobre el reverso. El post terminaba con una petición de ayuda para descodificar el código y con algunas informaciones añadidas que podían ser de ayuda, como la fecha de nacimiento y muerte de la abuela y algunas consideraciones preliminares de JannaK sobre el código.
 
Después de 15 minutos, otro usuario del forum, “harperpitt”, respondió ofreciendo una solución parcial. Preguntó si la abuela de JannaK era religiosa, porque concentrándose en las letras finales de la primera parte del mensaje, notaba que “AAA” podía querer decir “Amen Amen Amen”. Partiendo de allí, se había dado cuenta de que la línea “TYAGFE” podía corresponderse con las palabras de una oración: “Thank You, Almighty God, For Everything”. Las últimas palabras del mensaje habrían podido ser: “Gracias por todo Dios omnipotente, amén – gracias por todo Dios omnipotente, amen amen amen”. Pocos minutos después del primer post, “harperpitt” escribió un segundo añadiendo algunas cosas. El mensaje en el reverso del billete podía corresponder al Padrenuestro en ingés: la secuencia “OFWAIHHBTN…” está compuesta por las iniciales de “Our Father who art in Heaven, hallowed be thy name…” es decir, “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre…”.
 
Tras esta primera intervención, el número de posts en el forum creció velozmente, y varios usuarios participaron en la búsqueda de la solución analizando viejos libros de oraciones y diversas ediciones de la Biblia en busca de otros indicios. Después de pocas horas varias líneas del código se correspondían con oraciones o pasajes de la Biblia.
 
A un día de distancia del primer mensaje, la historia fue recogida por varios sitios y blog y JannaK escribió de nuevo para dar las gracias por la ayuda pero también para pedir que parara la búsqueda de la solución. “A este punto, descifrar cada palabra o frase no nos parece ya tan importante – es bonito saber que la abuela estaba escribiendo oraciones y deseandonos el bien a todos nosotros”.
 
Lo sucedido demuestra una vez más cómo Internet permite ya alcanzar a cualquiera al instante e intercambiar informaciones a un nivel antes desconocido. La red se muestra como un instrumento válido también para difundir la religión, como ha recordado el papa Francisco en el Mensaje para la 48 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, en el que afirma que Internet es “un don de Dios” y que “el testimonio cristiano, gracias a la red, puede llegar a las periferias existenciales”.
 
Su predecesor Benedicto XVI, en el Mensaje para la Jornada de las Comunicaciones 2013, escribía por su parte que “las redes facilitan compartir los recursos espirituales y litúrgicos, haciendo a las personas capaces de rezar con un sentido fortalecido de proximidad a aquellos que profesa su misma fe” (Famiglia Cristiana, 19 enero 2013).
 
Lo importante es que Internet sea visto por lo que es, un medio y no un fin, porque como recordaba Juan Pablo II en su Mensaje para la Jornada 2002, las “relaciones con mediación electrónica nunca podrán ocupar el lugar del contacto humano directo, que requiere una auténtica evangelización”, la cual depende siempre “del testimonio personal de quien ha sido enviado a evangelizar”.

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