Construir amistades verdaderas, sanas y sólidas, es posible mediante una educación adecuada en el hogar
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Es deseo de todo padre, que sus hijos construyan amistades que les aporten valores a sus vidas, y no al contrario. Es por eso que la amistad y las relaciones sociales, se convierten en una lección importante en el proceso formativo de los hijos.
Construir amistades verdaderas, sanas y sólidas, es posible mediante una educación adecuada en el hogar. Las siguientes premisas básicas servirán de apoyo a los padres en este propósito.
Primero: que se quieran a sí mismos
Antes de enseñarles a entablar amistades y conservarlas, hay que buscar primero que los hijos tengan confianza en ellos mismos, que posean una autoestima sana y positiva, pues son los puntos de partida para establecer relaciones interpersonales con éxito. Éstas les ayudarán además a afrontar con entereza situaciones difíciles, como por ejemplo un rechazo o menosprecio de sus pares.
Darles la oportunidad de hacer amigos
“Es evidente que si los padres pretendemos que nuestros hijos aprendan a relacionarse, a tener amigos e integrarse en sociedad, hemos de darles la oportunidad de lograrlo, ya desde los más tiernos años de la infancia” señala Bernabé Tierno, sicólogo y escritor.
Quiere decir entonces que los padres han de animar a los hijos a crear lazos de amistad, en especial cuando tienden a ser tímidos o retraídos, aunque tampoco es conveniente forzarlos.
Transmitirles los valores y principios de la amistad
La amistad debe considerarse como un regalo y por eso debe estar basada en unos valores como son: ayuda desinteresada, capacidad de entender al otro, empatía, generosidad, respeto, confianza, sinceridad, lealtad, afecto, entre otros.
Conocer los amigos de los hijos
Es primordial desarrollar una relación cercana y armónica con los hijos, pues de esta manera se crea un ambiente de acogida para sus amigos. Invitarlos a casa o transportarlos a alguna actividad, son formas de estar al tanto de los amigos.
Este contacto es vital, pues así los progenitores pueden indagar y conocer a fondo las posibles influencias que se están ejerciendo sobre los hijos. Lo ideal además, es conocer a las familias. No hay que convertirse en íntimos amigos, pero sí tener algún acercamiento para saber si las actitudes y preferencias como padres son compatibles con las propias.
Las amistades son una elección personal
Los amigos son una elección, es decir, cada quien está en libertad de establecer un vínculo con una persona o con otra. En estas decisiones hay mucho en juego, pues una amistad puede llegar a ser tan influyente, que puede determinar el rumbo de una vida. De ahí la importancia de enseñarles a los hijos a formar un criterio propio desde la niñez, el cual cobrará mayor relevancia en la adolescencia.
Enseñarles a establecer un criterio propio
Llega un momento en que los padres no pueden decidir por los hijos, ni actuar por ellos, pues reclaman su independencia y autonomía; será entonces el criterio propio, la mejor herramienta que tendrán los chicos para identificar las amistades que les beneficiarán o les perjudicarán.
Los padres no pueden desligarse de este tema, deben acompañar a sus hijos en todo el proceso, con amor, autoridad y dedicación, seguramente lo lograrán.
Artículo publicado originalmente por LaFamilia.info