La primera misión del seminarista es ser hombre, después cristiano y después sacerdote
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Setenta sacerdotes de diferentes diócesis del mundo participaron en la III Semana de Estudios para Formadores de Seminarios que finalizó hoy, 7 de febrero. Con el tema “La formación humana de los candidatos al sacerdocio”, el encuentro tocó cuestiones prácticas enfrentadas en los actuales seminarios diocesanos y fue realizada en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma, Italia.
Según el padre Philip Goyret, del Centro de Formación Sacerdotal de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, la formación humana del candidato al sacerdocio es un tema que aún necesita ser mejorado. “La primera misión (del candidato) es ser hombre, después cristiano y después sacerdote. El sacerdote no es sólo espíritu”, explica.
Para el rector del Seminario Diocesano de Luziana (GO), el padre Joâo Paulo Silva, éste es un proceso que se extiende más allá del periodo de estudios. De acuerdo con él, la formación humana deber ser contemplada en todas las fases de la vida del sacerdote y el seminario es el lugar donde se despierta esa conciencia.
“Ese es un trabajo de crecimiento y maduración para toda la vida. Pero la gente también espera que el seminario sea un tiempo fuerte de maduración en esas virtudes humanas mínimas. Y, de una forma mínima, para que el futuro sacerdote y el sacerdote, desde el momento de su ordenación, pueda hacer frente con tranquilidad a las cuestiones que él tendrá que debatir y encontrar a lo largo de su vida sacerdotal”, dice.
Los formadores del seminario pasaron por institutos donde ampliaron los temas de formación de las virtudes, maduración afectiva y expresión de celibato de la afectividad. El encuentro forma parte de una programación que contempla, además, la formación intelectual, espiritual y pastoral.