La activista irlandesa en la lucha por la justicia para las victimas de abusos forma parte de la Comisión instituida por el Papa Francisco
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Víctima de la agresión sexual de un capellán de hospital cuando era niña, Collins llegó a ser una prominente activista irlandesa en la lucha por la justicia para las víctimas de abuso por parte de sacerdotes.
Ahora ha sido designada integrante de la Comisión del Papa Francisco para la defensa de los menores. Es una de ocho personas —incluidas cuatro mujeres— que ayudarán a precisar el alcance del panel y asesorarán a la Iglesia católica sobre las mejores prácticas para proteger a los niños y niñas.
En una entrevista con The Associated Press, Collins dijo que su prioridad es que el Vaticano castigue a los obispos culpables de encubrir a sacerdotes que han violado a menores.
"No le veo ningún sentido a tener programas de primera para proteger a los niños si no hay sanciones para un obispo que decide ignorarlos", dijo Collins por teléfono desde su hogar en Dublín. "El motivo por el que todos están tan indignados no es que haya abusadores en sus filas. Hay abusadores en todos los estratos de la sociedad. El motivo es el encubrimiento sistemático".
Miembros iniciales de la comisión
Collins admitió que podría decepcionarse si la Comisión no ayuda a formular sanciones. Pero opinó que "vale la pena aprovechar la oportunidad" de participar en la comisión, aun bajo el riesgo de perder credibilidad ante otras víctimas de abusos.
"He dado mi aprobación porque he estado criticando a la Iglesia por el modo en que hace las cosas y cómo trata a los sobrevivientes", explicó, "no aprovechar esta oportunidad para decir estas cosas en el núcleo de la Iglesia iría contra todo lo que siento".
Collins fue agredida sexualmente por el sacerdote Paul McGennis en 1960 cuando tenía 13 años y estaba en el hospital. El tomó fotos sugerentes de la niña. La joven padeció depresión y agorafobia durante décadas y estuvo internada más de una vez en hospitales siquiátricos. Cuando juntó finalmente la valentía para denunciar a su abusador, su pastor la culpó a ella.
"Me desintegré en mil pedazos", afirmó. "No hablé con nadie durante diez años".
Finalmente las autoridades civiles enjuiciaron y encarcelaron al sacerdote culpable y fue sentenciado dos veces más por vejar a otros niños. Fue despojado del hábito sacerdotal y pasó a ser laico en 1997.
En 2003, Collins ayudó a la arquidiócesis de Dublín a establecer su propio servicio de protección a la niñez y en el 2012 habló en un simposio apoyado por el Vaticano en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma orientado a educar a los obispos en las normas para proteger a los niños.
El principal grupo de víctimas en Estados Unidos, SNAP, saludó la participación de Collins en el panel de Francisco, como también la de la principal autoridad de la Iglesia sobre abuso sexual de clérigos, el obispo Charles Scicluna, durante una década fiscal principal de crímenes sexuales en el Vaticano.
"Su resolución y de hecho la misma narrativa que trae al panel ayudarán a forjar la implementación de las políticas que la Iglesia necesita en este momento", dijo Scicluna en un correo electrónico a la AP.