21 presos saldrán de las cárceles a petición de las Hermandades y Cofradías
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21 presos salieron de las cárceles españolas indultados con motivo de la Semana Santa de 2014. El Consejo de Ministro aprobaba los reales decretos de indulto, una medida de gracia que se otorga a propuesta de las Cofradías y Hermandades de la Semana Santa. Una tradición antiquísima que se remonta al siglo XV.
¿Por qué esta tradición? ¿Por qué se ofrecen estos indultos?
Algunos juristas defienden que esta medida de gracia se remonta al año 1447, cuando Juan II de Castilla promulgó la Ley del Perdón del Viernes Santo. En la ley se especificaba que cada año con motivo de la Pasión de Jesús se liberaría a un reo.
La institucionalización de la medida tendría lugar en 1759 y la llevaría a cabo Carlos III. En aquel año una grave epidemia asoló la ciudad de Málaga y las autoridades decretaron la suspensión de las procesiones. Los presos pidieron portar una imagen, una medida que fue denegada y que provocó un motín en el que los presos huyeron para portar la imagen religiosa por la ciudad.
Tras la procesión volvieron a la cárcel y de forma milagrosa desapareció la epidemia. Carlos III quedó conmovido y concedió la pragmática real que recoge el privilegio de indultar un preso antes de cada Semana Santa.
No es un privilegio como tal
Desde el Ministerio de Justicia se explica que no existe privilegio y que la petición de indulto sigue los trámites habituales previstos por la ley. De hecho, las cofradías solicitan esta medida de gracia para presos de su provincia y que su indulto tenga “razones de justicia, equidad o utilidad pública”.
En 2014 se unieron a la petición de indulto la Cofradía del Santo Cristo del Perdón, de León, y la Fervorosa y Trinitaria Hermandad del Santísimo Sacramento y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado, Nuestra Señora del Rosario Doloroso, San Juan de Mata, San Ignacio de Loyola, de Sevilla.
Tras la puesta en libertad del recluso, las cofradías en España le invitan a vestir el hábito de la hermandad y participar en la procesión llevando alguno de los pasos. Se trata de uno de los momentos más emocionantes de las celebraciones populares.