Se trata del primer centro de esta naturaleza en el norte de México, que puede recibir, también, a sacerdotes provenientes de Estados Unidos
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En el territorio de la diócesis de Saltillo, al norte de México, comenzó a funcionar, en el año 2014, un proyecto inédito: la Casa Emaús, enfocada a la rehabilitación de sacerdotes en situaciones o momentos difíciles que van desde lo moral a lo espiritual y psicológico.
En especial, a prevenir y enfrentar problemas que pudieran derivar en la pedofilia. Se trata del primer centro de esta naturaleza en el norte de México, mismo que podrá recibir, también, a sacerdotes provenientes de Estados Unidos.
Existen otros centros similares, no iguales, en la Ciudad de México y en Guadalajara, donde se trata a sacerdotes con problemas que también tocan el alcoholismo o, incluso, la anorexia.
Hasta 20 sacerdotes al mismo tiempo
Luego de más de tres años de trabajo en Monterrey, arrancó en el Predio San Benito, ubicado en el poblado de El Tunal, en Arteaga, Coahuila, la Casa que tiene una capacidad de hasta 20 sacerdotes rehabilitándose al mismo tiempo, aunque si la demanda es mayor, existe capacidad instalada para atender a más sacerdotes con problemas.
La ceremonia inaugural fue presidida por el cardenal emérito de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, quien bendijo el Centro que cuenta con capilla, dormitorios y todos los servicios de rehabilitación integral.
Su fundador y actual director, el sacerdote Rodolfo Mora Becerra, Misionero de Guadalupe explicó que el proyecto surgió como un compromiso hecho con el entonces cardenal de Monterrey, Adolfo Suárez Rivera, quien meses antes de fallecer, le solicitó personalmente a nombre de la provincia eclesiástica donde se encuentra, también, la diócesis de Saltillo, iniciar la atención a sacerdotes con problemáticas específicas.
“Desde ese momento Dios sembró en mi corazón esa semilla que más tarde vino germinando y ha dado inicio ahora aquí en la diócesis de Saltillo. El proyecto se llama Emaús porque es el encuentro de los discípulos con el resucitado que los reanima a salir adelante”, dijo el padre Mora Becerra.
Sólo la providencia sabe
El centro cuenta asimismo con los servicios de psicología, dirección espiritual, atención médica y la manutención de los internos en todos sus lineamientos; el programa con los sacerdotes tiene una duración mínima de tres meses y máxima de cinco meses.
Hasta ahora, en Monterrey se había dado de alta a 43 sacerdotes, tres de ellos obispos, que a decir de Mora Becerra “han salido ya reciclados en su ánimo y en su entusiasmo”.
“¿Cuántos habrán de salir ya estando este proyecto, sólo la providencia sabe. (Son) de diferentes partes de México, incluso de Estados Unidos que hemos tenido también espacios… y (existe) también la Fundación de Cenáculo Emaús A.C. que ya se cuenta ya con la autorización canónica”.