El obispo local, con nombre español: “Solo los pobres vienen a nosotros, y eso me hace feliz”
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La joven Iglesia católica de Mongolia creció con la celebración de algo más de 30 bautismos, entre jóvenes y adultos, en la vigilia de Pascua.
En Mongolia los católicos son sólo unos mil. Es una Iglesia que apenas tiene 20 años de historia en el país, cuando llegaron misioneros del extranjero después de decenios de ateismo impuesto por el comunismo.
Hoy el nuevo desafío para los fieles está en la burocracia "invasora y restrictiva" de las instituciones, que buscan limitar el papel de las comunidades religiosas, y también en el reto del consumismo y el materialismo. ¡No hace falta ser rico para ser consumista!
La ley mongola, desde 2009, pide a las comunidades misioneras de extranjeros contratar laboralmente una cuota de ciudadanos mongoles… y esos sueldos lastran parte de la acción misionera. En 2010, misioneros católicos de EEUU abandonaron el país al ponerse el gobierno aún más exigente en sus cuotas.
El obispo de Mongolia, Wenceslao Padilla (filipino, con nombre español como es común en Filipinas, en realidad el cargo en una iglesia tan joven y pequeña es el de "prefecto apostólico") dice que "las cosas se han hecho muy difíciles para la iglesia", sobre todo en cuestiones administrativas.
Padilla advierte también de un "creciente materialismo" que toca también a los católicos, que no encuentran tiempo para "ir a misa".
"Se puede afirmar con certeza que sólo los pobres vienen con nosotros- concluye el obispo- pero esto me hace muy feliz. De hecho, como dice el Papa Francisco, pienso que la Iglesia deba ser pobre para los pobres".
Según las últimas estadísticas, los cristianos- de todas las confesiones- presentes en Mongolia representan poco más del 2% de la población, que es mayoritariamente de fe budista, mezclada con creencias chamanas de la tradición local. Queda una cuota alta de ateos, que está cerca del 40% del total.
El país tiene unos 3,2 millones de habitantes, y un 30% sigue siendo nómada o seminómada.
Los católicos, aunque pocos y de presencia reciente, ya han puesto en marcha centros de acogida para huérfanos, bebés abandonados y ancianos, clínicas médicas- en un país en el cual las infraestructuras sanitarias escasean- y diversas escuelas e institutos técnicos.
Cuando en 1992 llegaron los primeros misioneros católicos (sobre todo filipinos de la Congregación del Corazón Inmaculado de María, entre ellos el actual obispo Padilla) no había ninguna parroquia. En 2013 ya había 4, y actualmente hay 6.
Hay en el país 81 misioneros de 22 nacionalidades, y dos seminaristas mongoles (los primeros de la historia) se preparan en el seminario de Daejeon, en Corea del Sur, cuyos seminaristas coreanos también pasan veranos realizando prácticas misionales en Mongolia.
La web de la Iglesia Católica en Mongolia (en inglés y mongol, con posibilidad de hacer donativos para las misiones) es:
www.catholicchurch-mongolia.mn
Artículo publicado originalmente por Religión en Libertad