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Escucha el Himno a Nuestra Señora de Luján

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Fue compuesto poco antes del 2010 y aprobado por el cardenal Bergoglio, que deseaba su difusión

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Las célebres Imágenes que se veneran en la Argentina tienen su propio Himno, y todos ellos son cantados fervorosamente a través de los tiempos. La Reina de la Argentina no lo tenía. Ésa es la deuda que intentamos pagar con Madre de Luz.

Fue compuesto poco antes del 2010. Al darse a conocer a los obispos recibió, entre otras, la aprobación del Cardenal Bergoglio, Primado de la Argentina, que nos escribió: “Deseo que se difunda”. Él mismo lo ofrendó a la Virgen en la Misa central de Luján al realizarse la Jornada de oración nacional en la que se pidió “Una nueva luz para la Patria”.

Ha costado mucho darlo a conocer y cantarlo. Por eso esta publicación, junto con la grabación adjunta, que intenta cumplir con la voluntad de quien hoy es Vicario de Jesucristo en la tierra, a quien le enviamos la primera copia.

Quiera Dios que sean muchos los que entonen el Himno de la Virgen como alabanza fervorosa y súplica confiada por nuestra querida Argentina, que necesita como nunca de su Madre.

Escuche el Himno. Puede descargarlo a su PC y darlo a difusión por todos los medios que disponga: radios, webs, blogs, CDs, etc.

Madre de Luz
Himno de Nuestra Señora de Luján

Letra de Giorgio Sernani
Música de Javier Damesón

Reluciente de sol,
con corona de estrellas
y la luna a tus pies
¡eres Tú la más bella!

Desde la eternidad
Dios te tuvo a su lado
en un trono de nubes,
Él te dio el principado.

Argentina sé fiel
a tu Madre de luz,
como el Negro Manuel
¡te lo manda Jesús!
Y con Ella amarás
a tu blanco Pastor,
proclamando la Fe,
adorando al Señor.

Oh gran Madre de Dios
digna Reina del Cielo,
Madre nuestra también,
Señora del Consuelo.

Pura y Limpia llegaste
siempre Virgen bendita,
en tu pueblo arraigaste
aliviando sus cuitas.

Argentina sé fiel
a tu Madre de luz,
como el Negro Manuel
¡te lo manda Jesús!
Y con Ella amarás
a tu blanco Pastor,
proclamando la Fe,
adorando al Señor.

Esta Patria nació
de Ti, Madre querida:
En Luján la alumbraste,
amparando su vida.

Con acentos de cielo
la acunaste clemente,
con la Cruz del Señor
has signado su frente.

Argentina sé fiel
a tu Madre de luz,
como el Negro Manuel
¡te lo manda Jesús!
Y con Ella amarás
a tu blanco Pastor,
proclamando la Fe,
adorando al Señor.

Tus colores le diste
por bandera de gloria,
donde brilla aquel sol:
El Señor de la historia.

De tu amor la colmaste
y a la vera del río
derramaste tus gracias
como suave rocío.

Argentina sé fiel
a tu Madre de luz,
como el Negro Manuel
¡te lo manda Jesús!
Y con Ella amarás
a tu blanco Pastor,
proclamando la Fe,
adorando al Señor.

Hoy tu pueblo te eleva
un clamor nacional,
y confiado suplica
que lo libres del mal.

Corazón de María,
Refugio de la Paz,
Argentina ya es tuya
consagrada en Luján:

¡Argentina sé fiel…!

Notas

El Himno tiene diez estrofas de alabanza que, a la vez, hacen un relato de las glorias de María, predestinada desde la eternidad, hasta su llegada en su imagen taumaturga a nuestra tierra.

En la primera estrofa la saluda como la Mujer del Capítulo 12 del Apocalipsis.

La segunda está compuesta con palabras de la Sabiduría, que la Iglesia, en su Magisterio y en su Liturgia, pone en boca de la Virgen Santísima: “El Señor me tuvo consigo al principio de todas sus obras, desde el principio, antes que crease cosa alguna. Desde la eternidad tengo yo el principado” (Prov 8, 22-23) y “Puse mi trono sobre una columna de nubes” (Ecl 24, 7).

Luego se la proclama Madre de Dios y nuestra, y Señora del Consuelo.

Y continúa su alabanza contemplándola en su Inmaculada Concepción -su advocación de Luján usando nuevamente palabras de la Sabiduría: “Me arraigué en un pueblo glorioso” (Ecl 24,16) y para agradecer la solicitud materna conque “alivia las cuitas” de ese pueblo.

En la quinta estrofa la señala como Madre y fundadora de la Patria en Luján, y recuerda los cuidados que tuvo hacia la Argentina en sus primeros tiempos, cuando “la acunó” y la signó con la Cruz de su Hijo. La Argentina fue y será siempre cristiana.

La Virgen de Luján dio sus colores de Inmaculada a la bandera de la Patria, donde brilla el sol como símbolo de la Eucaristía . El himno quiere mantener viva la vocación eucarística y mariana de la Argentina.

Agradece luego los favores que concede desde su Santuario, a orillas del río Luján y por fin, se expresa el clamor nacional que hoy quieren elevarle sus hijos, suplicando confiadamente su ayuda -Ella es la Omnipotencia Suplicante- para que nos libre de los males presentes, y lo hace con la expresión que nos enseñara Jesús en el Padrenuestro: “Que nos libre del mal”.

El estribillo llama a nuestra Nación a a imitar la fidelidad que tuvo el Negrito Manuel hacia “su Amita”, proclamando la fe verdadera y adorando al Señor en los altares, en tanto, con la Virgen, amar al Papa, nuestro Blanco Pastor, “el dulce Cristo de la tierra” como lo llamó Santa Catalina de Siena.

La súplica culmina dirigiéndose a su Corazón, según el mandato divino de Fátima, a quien “se ha concedido la paz”, como repetía la Beata Jacinta en vísperas de su muerte. La Argentina pertenece al Corazón Inmaculado de María, al que fue consagrado por tres veces en el altar de la Patria.

Artículo publicado en el Blog Inmaculado Corazón de la Virgen de Luján

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