“Restituir con generosidad y abundancia lo que injustamente hayamos negado a los demás”.
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El Papa Francisco ha recibido en el Vaticano este viernes en audiencia al Secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon y a treinta responsables de las distintas agencias de la ONU.
“Les invito a promover juntos una verdadera movilización ética mundial que, más allá de cualquier diferencia de credo o de opiniones políticas, difunda y aplique un ideal común de fraternidad y solidaridad, especialmente con los más pobres y excluidos” dijo el Papa Francisco dirigiéndose a los miembros presentes de la ONU y sus familias.
El Papa ha agradecido a las Naciones Unidas por los esfuerzos hechos a favor de la paz y el respeto de la dignidad humana. Además ha exhortado a que la Comunidad Internacional siga trabajando por la solidaridad entre los pueblos.
Reconocimiento a labor de los hombres y mujeres de la Cooperación Internacional
El Santo Padre al inicio de su discurso ha dirigido palabras de consideración a los hombres y mujeres de la Cooperación Internacional que luchan por la paz, la dignidad humana y la protección de los más débiles. Además ha subrayado la histórica colaboración entre la Iglesia y la ONU.
Al respecto, el Papa ha recordado especialmente la visita de Juan Pablo II al Palacio de cristal en Nueva York, las organizaciones en Roma, así como a las sedes de la ONU en Ginebra, Nairobi, Viena y La Haya.
El Obispo de Roma ha reconocido los resultados de los Objetivos del Desarrollo del Milenio en materia de la lucha a la pobreza y el tema de la educación.
No escatimar esfuerzos para mejorar la vida de las personas
Por otro lado, ha señalado que los pueblos “merecen y esperan frutos aún mayores”. “Es propio de la función directiva no conformarse nunca con los resultados obtenidos sino empeñarse cada vez más”.
El Papa pidió que los próximos objetivos del milenio sean formulados y ejecutados con “magnanimidad y valentía” para así poder “incidir sobre las causas estructurales de la pobreza y del hambre”, además de proteger el medio ambiente, y que “garanticen un trabajo decente para todos”, asimismo den “protección adecuada a la familia”.
El Papa pide luchar contra la “economía de la exclusión”, la “cultura del descarte” y “la cultura de la muerte”.
Seguir a Jesús en la solidaridad como lo hizo Zaqueo
El Pontífice ha puesto como ejemplo la conversión del rico publicano Zaqueo que encuentra a Jesucristo. Zaqueo “tomó una decisión radical de condivisión y de justicia. Este es el espíritu que debería estar en el origen y el fin de toda acción política y económica”.
Así pide de preguntarse cada uno si “este espíritu de solidaridad y condivisión” guía todos nuestros pensamientos y nuestras acciones.
Papa Bergoglio encomienda “proteger la vida” desde su “concebimiento hasta su fin natural” y “devolver con generosidad y abundancia todo lo que injustamente hayamos negado a los demás”.
El personaje bíblico de Zaqueo “nos enseña que por encima de los sistemas y teorías económicas y sociales– prosigue el Pontífice- se debe promover siempre una apertura generosa, eficaz y concreta a las necesidades de los demás”.
“Jesús no pide a Zaqueo que cambie de trabajo ni denuncia su actividad comercial, solo lo mueve a poner todo, libremente, pero inmediatamente y sin discusiones, al servicio de los hombres”.
Buscar el progreso económico y equitativo
En este sentido, siguiendo las enseñanzas de sus dos predecesores Juan Pablo II y Benedicto XVI dijo: “el progreso económico y social equitativo solo se puede obtener uniendo las capacidades científicas y técnicas con un empeño solidario constante, acompañado de una gratuidad generosa y desinteresada a todos los niveles”.
Sucesivamente a la visita al Vaticano, el líder de la ONU siguió su agenda oficial en Italia para reunirse con el presidente de la República, Giorgio Napolitano; el presidente del Senado, Pietro Grasso; y el presidente del Consejo italiano, Matteo Renzi.
Esta no ha sido la única visita de Ban-Ki-Moon. El Santo Padre había ya acogido en audiencia al Secretario general de la ONU el pasado 9 de abril de 2013. En esa oportunidad, el encuentro tuvo como temas principales la trata de seres humanos y la crisis diplomática coreana.