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¿Por qué casarse es mejor que juntarse?

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Aleteia Team - publicado el 28/05/14
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De acuerdo con estudios sociodemográficos, el matrimonio es mucho más estable y notoriamente más sólido que la unión libre

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La Iglesia católica afronta actualmente retos formidables ante la erosión de la figura del matrimonio en diversas sociedades, sobre todo occidentales. Por lo que se prevé, la proliferación de las uniones libres y los divorcios serán temas torales en el Sínodo de la familia –a realizarse a principios de octubre en la Santa Sede–, de acuerdo con un pronóstico de Fernando Pliego, investigador social en temas como la familia.
 
De acuerdo con estudios sociológicos, “se ve una caída muy importante de la población que se casa, y un aumento importante de la unión libre. Hay algunos países en los que ya se ha invertido la relación: ya tienen más uniones libres que matrimonios.
 
Esta es una realidad muy importante ante cualquier decisión que tome la Iglesia católica sobre el matrimonio y la vida de las familias”, especificó el Pliego con base en las investigaciones a nivel mundial sobre las que sustenta sus estudios.
 
El investigador consideró que “es oportuno que el Sínodo realice un adecuado análisis de la realidad”.
 
México tampoco es excepción en cuanto al divorcio, cuyo número se ha duplicado en los últimos años, de acuerdo con datos oficiales en donde no se menciona que las separaciones son muchas más; “sabemos por estudios comparativos, que la tasa de separación de los que viven en unión libre es mucho mayor de la que se casa”, destacó el investigador de la UNAM.
 
“Los matrimonios son más sólidos”
 
El especialista hizo una distinción entre el matrimonio y las razones por las cuales la unión libre frecuentemente fracasa, y señaló que la proliferación de este tipo de uniones que se está dando actualmente con mayor frecuencia entre los jóvenes, “es un problema para la Iglesia católica y para todo aquel que esté interesado en fortalecer el vínculo entre hombre y mujer”.
 
Consideró que podría analizarse a nivel pastoral lo que se haría por muchas personas que están unidas pero que no alcanzan a ser matrimonios ni funcionan como tales, porque la situación de estas parejas puede derivar en situaciones difíciles, como la agresión.
 
Indicó que en el matrimonio, “se tiene un proyecto claro de una comunidad de ayuda, de amor, de cooperación; entonces, la expectativa y la esperanza es muy fuerte, por eso es más sólido el matrimonio. Tiene mucha más claridad y, de acuerdo con estudios sociodemográficos, es mucho más estable y notoriamente más sólido que la unión libre”.
 
Consideró que “el matrimonio tiene fuerza porque tiene una expectativa, siempre y cuando estemos hablando de un matrimonio por una religión –como la Iglesia católica-. Los que entran por la unión libre se separan mucho más fácilmente que los que entran por el matrimonio”.

Lo anterior se sustenta en que los matrimonios tienen más expectativas de lo que implica un proyecto de vida compartida, y tienen una comunidad solidaria de cooperación, de cariño y amor; “entonces, como tienen esa expectativa, la relación es mucho más sólida”.
 
El investigador hizo notar que “los estudios sociodemográficos deben tomar en cuenta que no toda unión libre es igual, y eso permitiría tener tres estilos de trabajo con los jóvenes”.
 
Citó tres tipos de unión libre: la que es resultado de una relación casual, sin expectativas ni proyectos de futuro. Hay otra que se considera que es como una prueba. Hay una más donde los jóvenes dicen: “no nos casamos ahorita, porque tenemos que juntar dinero, hacernos una casita al terminar la carrera, y nos casamos, pero es una unión libre con la expectativa de formar una familia y tener un proyecto de vida compartida”.
 
Señaló que este tipo de unión libre es una especie de “matrimonio natural”, donde el muchacho y la muchacha hacen un pacto profundo de vida, pero todavía no termina en un compromiso formal con implicaciones institucionales.
 
Por Francisco Luna Macías

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