En la localidad argentina de Campana se inaugura un ciclo con este título
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El repertorio expresivo de Bergoglio va de la literatura a la música, de la pintura al cine. Sabemos que es lector de Borges, Dostoevskij y Marechal, que escucha Beethoven, Wagner y Mozart, que aprecia Chagall y Caravaggio; para citar solo algunos de los nombres que ha ido revelando él mismo en las conversaciones durante estos meses como Papa.
La Strada de Federico Fellini “probablemente es la película que más me gustó”, comentó hace algunos años; La fiesta de Babette, del director danés Gabriel Axel “me impresionó muchísimo”, dijo alguna vez Bergoglio y repitió Francisco, y también disfrutó La vita è bella, de Roberto Benigni.
“Entrar en sus gustos cinematográficos es entrar en el mundo de directores como Fellini, Rossellini, Binigni, que en Argentina son ampliamente conocidos”, explica Cecilia Burroni en representación del grupo de organizadores de un ciclo que se propone repasar algunas de las películas que Bergoglio más ha apreciado.
Cada una de ellas será presentada por un personaje popular en Argentina. Comienza el 9 de agosto con La fiesta de Babette “donde irrumpe la frescura de la libertad en una comunidad que no sabía lo que era la felicidad, que vivía agobiada por el dolor, aferrada a la palidez de la vida, que tenía miedo del amor”, explica Cecilia, psicóloga y madre de siete hijos, citando un comentario del mismo Bergoglio.
La película –un cult en su género- será introducida por la chef Maru Botana, una Clerici sudamericana de la cocina en televisión. “Pensamos preguntarle qué platos hubiera preparado ella en una situación de este tipo y qué consejos daría hoy a una moderna Babette que quisiera devolver la alegría del corazón a sus comensales; si la religión influye en su manera de concinar…” anticipa Cecilia Burroni en representación del Centro Cultural Charles Péguy, Rotary Club, Municipalidad de Campana y el Club Ciudad de Campana, que por quinto año consecutivo proponen un ciclo con amplia aceptación en el público local.
Continúa el 16 de agosto con La Strada, de Fellini, que será introducida por el sacerdote villero Pepe di Paola. “Sabíamos que había visto la película varias veces, lo mismo que Ladri di biciclette de De Sica. “Es obvio preguntarle por qué a un argentino, a un cura que vive en una zona marginal de la periferia de Buenos Aires, le interesa el neorrealismo italiano, qué analogías observa”, comenta Cecilia. “Pero le preguntaremos también qué piensa de la producción cinematográfica nacional sobre las villas miseria, si es de buen nivel, si refleja la realidad, y qué consejos le daría a alguien que quisiera hacer una película sobre este tema…”
La tercera propuesta es La vita è bella, de Benigni, “una de las últimas películas que pude ver”, admitió el mismo Bergoglio. La presentación al público estará a cargo de Saúl Tebovich, presidente de la Sociedad cultural israelita de Campana. “Estuvimos con él y su esposa”, comenta Cecilia Burroni, “y sabemos que no le resultó fácil verla, que debió hacer un gran esfuerzo, incluso doloroso. Será interesante conocer las razones”.