Su padre padecía un cáncer terminal, pero no moría; ella se negó a desconectarlo y le permitió vivir la experiencia que le faltaba para marchar en paz
Así comienza esta entrevista a la exitosa actriz Karyme Lozano, en la que comparte con los lectores del semanario Desde la fe, su historia de conversión al catolicismo, se declara una enamorada de Jesús y cuenta como cambio una vida desordenada y superficial por una existencia basada en la fe.
“Yo era una mujer soberbia, egocentrista, todo era yo, conseguir un papel de protagonista, tener una mejor casa, un mejor carro y cuando lo lograba quería algo más grande porque nada me hacía feliz”, relata Karyme, quien en 20 años de trayectoria artística ha participado al menos en doce telenovelas, seis películas y varias series de televisión.
Cuenta que sin saberlo buscó a Dios en los lugares equivocados, “porque yo, aunque me crié en la fe católica, vivía en rebeldía”. “Practicaba cosas que le abren la puerta al mal como la numerología, cienciología, jugar la güija, me leían las cartas, la mano, el café, pero Dios siempre me protegió y no permitió que me pasara algo grabe”.
¿Cómo inició tu conversión?
Mi padre enfermó de cáncer y decidí vivir con él las últimas semanas que le quedaban de vida, eso me permitió abrir los ojos de mi alma y de mi corazón que estaba muy duro.
Fue una experiencia muy fuerte porque pasaban los días y mi padre no podía morir, nos recomendaron que lo desconectáramos, pero inmediatamente dije que no, que mi papá se iría cuando Dios quisiera.
Me preguntaba qué le faltaba y entonces le pedía a mi madre que viniera a despedirse. Ellos tenían 23 años separados, pero nunca se volvieron a casar. Al salir mi mamá de la habitación, mi papá falleció. Cuando le pregunté de qué había hablado, ella me dijo que se habían perdonado.
Eso coincidió en un momento de mi vida en que tenía problemas económicos, estaba a punto de perder mi casa porque muy soberbia había invertido todo mi dinero segura de encontrar el éxito en Hollywood.
Justo en ese momento me propusieron posar completamente desnuda para una revista. Mi mente me decía: "Acepta", pero algo había comenzado a cambiar en mi vida. Entonces le pedí al Señor que me iluminara, que no me quería equivocar.
Y un 15 de mayo hace cinco años, Él me habló a través de un amigo que me compartió el amor de Dios, de la religión católica, me hizo entender muchas cosas que antes criticaba y de las que me burlaba, fui viendo mi vida, cómo me había faltado el respeto a mí misma y a Dios.
¿Qué sucedió entonces?
Rechacé la oferta de la revista, y le dije Señor: "Me entrego a Ti, no me importa si pierdo mi casa, si lo pierdo todo, ahora Tú serás el conductor de mi vida, yo me pongo de copiloto. Antes yo tenía a Dios como el mago de la lámpara maravillosa: quiero esto, quiero aquello, ¡cúmplemelo!; pero ahora le dije: ‘Que sea lo que Tú quieras’.
¿Qué ha pasado desde ese momento?
A partir de ese 15 de mayo he vivido el amor de Dios, su misericordia, no tengo palabras para describir esta maravillosa experiencia. En estos cinco años Él ha hecho grandes milagros en mí. Busqué la paz y la felicidad en tantos lugares equivocados y ahora me doy cuenta que ese tesoro siempre estuvo en mi casa.
Ha habido dificultades, pero a través del amor de Dios, de su fortaleza he logrado salir adelante. Hay críticas, burlas gente que te ataca, pero eso no me afecta; al contrario Dios me ha enseñado a ser firme, a decir abiertamente: "estos son mis valores, esta es mi fe y aunque me puedo equivocar y fallar, Él me vuelve a levantar, me vuele a perdonar y le sigo echando ganas".
¿Qué cambios ha habido en tu vida?
Cuando acepté a Dios en mi corazón hice una promesa de abstinencia. Se burlaban de mí, pero no me importó porque después de tres años el Señor me recompensó con un esposo maravilloso
, católico practicante, con poder ver un gran cambio en mi hija, que ahora piensa en ayudar a los demás, cuando antes quería ser famosa, ese fruto hermoso es un gran regalo para mí.
¿Qué significó esta promesa de abstinencia para ti?
En el momento en que descubrí mi dignidad como mujer, que valgo como ser humano y me empecé a respetar, descubrí la belleza de la abstinencia y atraje a un buen hombre, porque cuando alguien te ama va a comprender que te estás guardando para ese momento tan especial que es recibir el sacramento del matrimonio.
Mi recompensa es poder transmitir a los jóvenes el mensaje de que vale la pena esperar y no basar una relación en la sexualidad, eso pesa más que las críticas negativas y las burlas.
¿Han cambiado tus prioridades?
Totalmente: ahora lo primero es mi relación con Dios, Él es el centro de mi vida; después está mi matrimonio, mi familia, mi compromiso con la gente y luego mi carrera que ahora está en manos de Dios, sólo quiero hacer su voluntad.
¿Qué tipo de persona eres ahora?
Una enamorada de Jesús, quiero complacerlo a través de la misión que Él me dio de transmitir algo positivo a la gente y que había olvidado. Antes no sabía cuál era mi vocación y ahora sé que es ser esposa, madre. En mi carrera he rechazado muchos proyectos que no tienen congruencia con mi fe, estoy buscando papeles con mensajes positivos que puedan inspirar algo a la gente, retomé la escritura con un cuento para niños, no es fácil pero “estoy en manos del Señor”.
¿Cómo alimentas tu fe?
Soy una bebé conversa, me falta mucho por aprender, por eso sigo alimentando mi relación con Dios. Trato de ir a misa todos los días, comulgar lo máximo posible, confesarme, rezar el Rosario y hacer oración ante el Santísimo.
Pido la intercesión de la Virgen María, voy a estudios de Biblia, además es importante apoyarse en un grupo para fortalecer la fe. También trato de practicar la caridad, el servicio a los demás no tiene que ser tan grande, comienza en tu casa, con tus hijos, con uno mismo.
Para ser congruente con su fe, antes de finalizar esta entrevista, Karyme quiso aclarar a los lectores de este semanario que las escenas sensuales que se vieron en su última telenovela no fueron actuadas por ella, sino que ocupó una doble de cuerpo.
Por Zoila Bustillo