Después de una tregua del gobierno rebrotan ataques contra líderes católicos; además de profanaciones y robos a los símbolos cristianos
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La tregua entre el gobierno y la Iglesia parece resquebrajarse nuevamente en Venezuela. El escenario se acaloró con el reciente ataque sin fundamento de parte del presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, contra el Arzobispo de Coro, Monseñor Roberto Lückert, a quien deseó públicamente “enviar en un viaje sin boleto de retorno al planeta Marte”. Además, a pocas horas del desliz gubernamental, la Iglesia sufrió la profanación del Santísimo Sacramento, en la Catedral Metropolitana de Barquisimeto, en el occidental estado Lara.
La profanación ocurrió durante la noche del miércoles 12 de noviembre, cuando personas vinculadas a grupos alejados de Dios, colocaron un cuadro satánico y diabólico, en el altar principal del templo más importante de Barquisimeto.
Los sacrílegos no se conformaron con anteponer el singular cuadro a una imagen de Cristo Redentor, también tomaron un Copón que contenía Hostias Consagradas y lo llenaron de excrementos de palomas. De igual manera, debajo del altar hicieron una cruz con billetes de cinco, diez y veinte bolívares los cuales eran parte de la ofrenda; y adicionalmente, formaron un triángulo con velas y velones encendidos.
El párroco Pablo Fidel González, declaró que en año y medio han robado 5 veces en la santa Iglesia Catedral de Barquisimeto. “En 18 meses que llevo al frente de esta parroquia, ubicada en la avenida Venezuela, los amigos de lo ajeno han robado 5 veces dentro del templo, pero esta acción ha sido la más desastrosa y espeluznante, ya que los autores hicieron ritos diabólicos en el altar principal de la Catedral, profanando el Santísimo Sacramento”, expresó con voz turbada al corresponsal.
En medio del dolor que significa para el sacerdote católico saber que el Cuerpo de Cristo fue profanado, consideró oportuno denunciar que “estas instalaciones han perdido el sentido religioso, ya que la gente no las está viendo como el lugar para orar y rezar, sino más bien lo usan como plaza pública”. A los alrededores del templo solo asisten “para trotar, hacer ejercicios, jugar futbol, pasear en bicicleta, por lo que ha perdido interés como centro de encuentro católico”.
Explicó que “hace algunos meses los feligreses que si frecuentan el templo recogieron firmas para solicitar a los jefes de la policía del estado Lara, la instalación de un puesto policial en las adyacentes a la Catedral, y hasta ahora han hecho caso omiso a esta petición, que tiene como fin la seguridad de los ciudadanos”.
Es de resaltar que la Catedral de Barquisimeto no es el único templo del estado Lara, en Venezuela, que haya sido blanco de ataques por robos o actos sacrílegos en los últimos días, acotó el sacerdote. “La Parroquia Santa Eduvigis de Valle Hondo, en Cabudare; y el templo Nuestra Señora del Carmen, en el Barrio El Carmen al oeste de Barquisimeto, han sido víctimas de robos en varias oportunidades”.
Caso de Monseñor Roberto Lückert
El 11 de noviembre Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, tuvo duras palabras contra el Arzobispo de Coro, Monseñor Roberto Lückert León, a quien acusó de intentar dividir Venezuela por mostrar el domingo pasado en la Plaza de San Pedro, en El Vaticano una bandera nacional de siete estrellas.
Cabello catalogó al Prelado como una persona “cargada de odio” que no ha “entendido” que la bandera venezolana tiene ocho estrellas gracias a Hugo Chávez. Y medio de su ofuscamiento expresó el deseo de enviarlo al planeta Marte en un viaje “de ida sin regreso”.
Sin embargo, Diosdado Cabello desconocía el paradero del Arzobispo y se confundió con un hecho de muchos años atrás. Confundidos, algunos de sus allegados indicaron que fue en un acto especial con motivo de los 150 años del natalicio de José Gregorio Hernández, en Isnotú, estado Trujillo, pero tampoco acertaron.
Monseñor Luckert respondió al presidente de la AN acerca de las erradas bilocaciones: “Tampoco he ido a Isnotú en estos días. Las fiestas del natalicio de José Gregorio Hernández las hice en Coro con una hermosa misa. Él dice que me manda a Marte, bueno, yo quisiera irme con él para hacerle un grandísimo favor a toda Venezuela, es decir, si yo me llevo a Diosdado para Marte, los venezolanos me lo van a agradecer y hasta velas me van a prender”.
El Prelado fue más directo todavía: “Lo digo públicamente, Diosdado Cabello es un mentiroso de oficio, un mitómano. (…) Los únicos que se dirigen al país con un lenguaje de insultos y vejaciones es el Gobierno. Ellos son quienes están sembrando el odio y la división en nuestro país”.
La Conferencia Episcopal Venezolana ha insistido en que el diálogo entre el gobierno y la oposición se retomen, y apuesta a la mediación del Nuncio Apostólico como elemento de “buena fe” entre ambos sectores. “Dialogar es respeto de ambas partes, y creo que en este caso el Gobierno, que debería ser el principal interesado por restablecer las conversaciones, no da el ejemplo de tan importante requisito”, dijo Monseñor Roberto Luckert.
Así las cosas en Venezuela, parece una constante, que cada que vez que se enturbian las palabras entre el gobierno y miembros de la Iglesia, los ataques también se acompañan con ofensas, vejaciones y ataques directos a los símbolos de la fe católica.