Las medidas de seguridad ayudan, pero…
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El Atlético de Madrid ha expulsado del estadio Vicente Calderón al Frente Atlético, el grupo radical de los hinchas rojiblancos que participaron el domingo 30 de noviembre en una violenta pelea en las calles de Madrid en la que falleció el ultra del Deportivo de La Coruña Francisco Javier Romero Taboada.
La efectividad de las medidas de los clubs de fútbol contra los grupos violentos que se amparan en ellos ha sido comprobada, entre otros por el Real Madrid y el Futbol Club Barcelona.
La Comisión Antiviolencia aprobó unas medidas de este tipo en su última reunión celebrada en la sede del Consejo Superior de Deportes este domingo, de la que se hace eco el diario El País.
Introducir en los estatutos federativos el cierre de campos total o de zonas conflictivas de los graderíos desde los que se insulte, un listado de los grupos ultras que operan en el fútbol para acabar con ellos y una unidad para controlar la venta de entradas, puede ayudar.
Ante las personas que manchan el fútbol con su violencia o su odio, el secretario de Estado para el Deporte y presidente del Consejo Superior de Deportes español Miguel Cardenal destacó la necesidad de un compromiso conjunto.
“Son gente que aprovecha el fútbol y por eso somos responsables y por ello necesitamos la ayuda del mundo del fútbol, de la Liga, de la Federación y de todos y cada uno de los clubes”, declaró a la cadena Cope.
La policía encuentra nuevas dificultades para prevenir y detectar los focos de violencia que manchan el fútbol, como las convocatorias o “quedadas” de personas violentas a través de grupos cerrados de redes sociales (por ejemplo de Facebook o Whatsapp).
¿Por qué esa violencia entre algunas personas reunidas por su afición al fútbol, por su pasión por un equipo? ¿Cómo ayudarles a ocupar sanamente su tiempo libre y vivir sin violencia su pasión?
Si más que generar la violencia, el fútbol es la espita por la que sale la violencia de la sociedad, quizás esas medidas para frenar la violencia en el fútbol resulten insuficientes.
Más allá de ellas, ayudaría incidir también en el civismo de las personas, en su pacificación, para que este deporte pueda ser sencillamente un juego, una ocasión de enriquecimiento humano.
A menudo la violencia procede del aburrimiento y la insatisfacción, de la falta de perspectivas, de sentido, de trascendencia, en una palabra: de amor. ¿Qué medidas tomamos contra esto?