Muchos son los rasgos de san Francisco Javier que recuerdan al Apóstol de los Gentiles. Dicen de él que era de buena familia y de carácter impetuoso.
Llevó el Evangelio a los límites del mundo conocido, y era un admirado doctor en teología, por la universidad más famosa de la época, la Sorbona de París.
Y para culminar los parecidos, se convirtió gracias a otro santo que intercedió por él sin descanso, su amigo Íñigo de Loyola (no hubo lapidación, como sucedió entre Saulo y san Esteban, pero al principio de su relación, Francisco Javier no le miraba con muy buenos ojos...).
Implicado en el nacimiento de la Compañía de Jesús
Nació en Javier (Navarra), y aunque su familia se vio envuelta en guerras e intrigas políticas, a él le interesaba la literatura y la vida académica.
Después se fue a París en los revueltos años de la reforma protestante, y allí su vida daría un vuelco al compartir habitación con un curioso compañero que iba siempre vestido de pordiosero, y que al principio le inspiraba bastante rechazo, y con otro joven, Pedro Fabro.
Los tres formarían el embrión de una de las órdenes religiosas más formidables de la historia, la Compañía de Jesús.
Mientras comienza su misión, predicando por Europa, una noche tiene un extraño sueño: que camina con un indio a la espalda, y se despierta gritando: "Más, más".
San Francisco Javier incansable viajero
Parte en 1542, a petición del rey de Portugal, al Lejano Oriente, sólo con una sotana, un crucifijo, un breviario y un catecismo.
Y llega a Goa (India), y en poco tiempo evangeliza el sur de la India y la actual Sri Lanka. En primer lugar se le acercan los parias, los pobres, y aunque los brahmanes (la casta superior) le escuchan con educación, se resisten a convertirse.
Dicen sus biógrafos que bautizó a decenas de miles de personas, y que viajaba continuamente entre las comunidades, animando y catequizando. Aprende las lenguas locales y predica el evangelio sin descanso.
De hecho fue el primer misionero en pisar Japón, cuando llega a Kagoshima en agosto del 1549. Y dos años después, cuando vuelve a la India, deja una comunidad cristiana vibrante y fuerte en el país.
De Guinness
Finalmente murió de pulmonía – y también seguramente de agotamiento – cuando se disponía a viajar a China.
A su muerte, se calcula que había recorrido unos 80.000 kilómetros. Una gesta evangelizadora sólo comparable a san Pablo, y que en cantidad de kilómetros no volvería a repetirse prácticamente hasta el papa Juan Pablo II.
Datos Curiosos
SU VERDADERO NOMBRE: Francisco de Jaso y Azpilicueta. Javier es como se llamaba el señorío de su familia.
FAMILIA NUMEROSA: Era el pequeño de seis hermanos
VIDA DE ESTUDIANTE: Quería ser letrado como su padre. Sus años de estudiante en París fueron bastante "alegres", y sus biógrafos cuentan que tenía que pedir prestado dinero a su compañero de habitación, san Ignacio de Loyola
NO SOLO PATRONO DE LAS MISIONES: Es también patrono del turismo, le nombró Pío XII en 1952