El segundo viaje del Papa Bergoglio a Asia será a Sri Lanka y Filipinas del 13 al 19 de enero
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Un viaje en el signo “del diálogo y la reconciliación”: son estas las coordenadas del viaje que el Papa Francisco iniciará el 12 de enero para visitar Sri Lanka y Filipinas. Los detalles del viaje han sido ofrecidos durante una sesión informativa por el portavoz de la Sala de Prensa Vaticana, el padre Federico Lombardi.
Se trata del segundo viaje a Asia del pontífice, después del acaecido el verano pasado a Corea del Sur, que señala “la atención del Papa a este gran continente”. Los dos países han sido ya visitados por Pablo VI en 1970 y Juan Pablo II en 1995. Un viaje anterior sólo a Filipinas se remonta al 1981, pues Filipinas es la única realidad con mayoría católica del continente.
La visita de Francisco a Sri Lanka ocurre después de las elecciones presidenciales anticipadas que se llevaron a cabo el 8 de enero: el riesgo de posibles instrumentalizaciones políticas ha marcado los preparativos del viaje papal y la Conferencia Episcopal de Sri Lanka ha expresado en una nota la invitación a todos los candidatos a abstenerse de iniciativas con este objetivo. El país está buscando dejar atrás el dramático conflicto interno que ha opuesto por treinta años al ejército de Sri Lanka la guerrilla separatista de los “tigres” tamiles, derrotada de manera sanguinaria en 2009.
La Iglesia católica del país está llamada a jugar en esta fase un papel particular, en cuanto, ha subrayado Lombardi, “los católicos ya son singaleses y tamiles, mientras que los budistas son preponderantemente singaleses y los hindúes en su mayoría tamiles”. Es posible, por lo tanto, esperarse en las cuatro intervenciones oficiales que el pontífice tendrá en Sri Lanka, repetidos “llamamientos a la reconciliación y a la paz, incuso en el ámbito del diálogo interreligioso”.
Después de la llegada al aeropuerto internacional de Colón en la mañana del 13 de enero, está prevista la visita oficial en el palacio presidencial, el encuentro con los obispos de Sri Lanka en el arzobispado de Colón, y con los exponentes de otras religiones en el Bandaranaike Memorial International Conference Hall. El diálogo interreligioso asume una importancia fundamental en un país donde los cristianos representan sólo el 7% de la población, frente al 70% de budistas, 12-13% de hindúes y poco menos del 10% de musulmanes. El miércoles 14 de enero el pontífice presidirá la misa de canonización del beato srilanqués José Vaz y, por lo tanto, irá en helicóptero al santuario de Nuestra Señora del Rosario en Madhu, “lugar particularmente adecuado para orar por la reconciliación justo en la zona del conflicto”.
La última etapa en Sri Lanka, antes de partir para Filipinas, será la visita en la mañana del 15 de enero al Instituto Cultural Benedicto XVI, creado para ocuparse de la reconciliación después del conflicto y la oración en la capilla “Our Lady of Lanka” en Bolawalana.
En Filipinas, donde la Iglesia está preparando el aniversario de los 500 años de la evangelización que se remonta a la venida de Magallanes en 1621, el viaje del Papa se llevará a cabo en el signo de “Mercy and Compassion” (Misericordia y Compasión), el lugar elegido por los obispos para atraer el encuentro personal de cada uno con Jesús y el abrazo con las víctimas del violento huracán que en 2013 causó más de 7 mil muertos e implicó a 15 millones de personas.
El viernes 16 de enero está prevista la ceremonia de bienvenida en el palacio presidencial con el jefe de estado Benigno Simeon “Noynoy” Aquino III, encuentro con las autoridades y el cuerpo diplomático y la celebración eucarística con los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas en la catedral de la
Inmaculada Concepción de Manila.
En la tarde seguirá el encuentro con las familias filipinas en el Mall of Asia Arena: Lombardi subrayó la importancia de los vínculos familiares para el pueblo filipino e invitó a prestar atención a los grupos familiares que presentarán las intenciones, entre los cuales se encuentra uno guiado por una matriarca centenaria con hijos, nietos, bisnietos e, incluso, tataranietos.
Al día siguiente, el sábado 17 de enero, viaje en avión a Tacloban, la zona más devastada por el huracán del 2013, donde, en el aeropuerto internacional, Francisco presidirá una misa en la que está prevista la participación de cientos de miles de fieles. El pontífice escuchará también el testimonio de familias pobres, inmigrantes y discapacitados. Bergoglio se trasladará en papamóvil a la residencia del arzobispo y ahí comerá con algunos sobrevivientes del huracán Yolanda que perdieron a sus familiares. En la tarde, se llevará a cabo el encuentro con sacerdotes, religiosos y seminaristas y posteriormente regresará a Manila.
El domingo 18 de enero, finalmente, habrá un encuentro que se prevé muy animado y vivo con alrededor de treinta mil jóvenes en el campo deportivo de la universidad y en la tarde una “macro misa” en el Rizal Park de Manila, el mismo lugar en que Juan Pablo II celebró en 1995, con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud y en donde tuvo que llegar en helicóptero a causa de la inmensa multitud de tres millones de personas que asistieron. Ese domingo la Iglesia filipina festeja al “Santo Niño”, el Niño Jesús, y la devoción por una estatuilla que lo representa, traída por el explorador Magallanes y conservada en Cebú.
En el país asiático golpeado a menudo por los desastres naturales es previsible que Bergoglio enfrente temáticas ambientales y ecológicas que luego serán retomadas en su próxima encíclica, cuya publicación – precisó Lombardi en respuesta a los periodistas – “no es inminente”.
El pontífice hablará prevalentemente en inglés, como fue en el viaje a Corea. Para los traslados tendrá a disposición diversos papamóviles, solamente tres en Filipinas. Durante los vuelos de ida y vuelta, sobrevolará muchos países, entre los cuales se encuentran, a su regreso, China y Mongolia, por lo que habrá un telegrama al presidente y al pueblo chino.
El regreso de Francisco a Roma está previsto para la tarde del lunes 19 de enero.