El Pontífice ha participado a una oración en el santuario de Nuestra Señora de Madhu para pedir por la paz de la nación asiática
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En el segundo día de su séptimo viaje internacional, el Pontífice de 78 años ha sido acogido en el santuario mariano de Madhu, en el norte de la Isla, por monseñor Joseph Rayappu, Obispo de Mannar, cuya diócesis se encuentra ubicada en el mismo lugar, en una región tamil que fue azotada por la guerra civil.
“En este santuario de Nuestra Señora de Madhu, todo peregrino se puede sentir en su casa, porque aquí María nos lleva a la presencia de su Hijo Jesús” dijo Papa Francisco. Asimismo, invitó a todos los habitantes de Sri Lanka, tamiles y cingaleses a sentirse miembros de una sola familia para borrar las heridas del pasado.
En el discurso recordó a las familias que han sufrido por los 30 años de guerra civil “que rasgó el corazón de Sri Lanka”. “Muchas personas, tanto del norte como del sur, fueron asesinadas en la terrible violencia y derramamiento de sangre de aquellos años” recordó.
Así ofreció la imagen de la Virgen como la “madre de todo hogar, de toda familia herida, de todos los que están tratando de volver a una existencia pacífica. Hoy le damos las gracias por haber protegido a la población de Sri Lanka de tantos peligros pasados y presentes”.
En la oración, el Papa ha dado gracias a la Virgen y pedido también “la gracia de reparar por nuestros pecados y por todo el mal que esta tierra ha conocido” ante la muerte de más 60 mil personas en el conflicto civil que terminó en 2009.
Entretanto, explicó que no es fácil arrepentirse pero cuando “llegamos a entender, a la luz de la Cruz, el mal que somos capaces de hacer, y del que incluso formamos parte, podremos experimentar el auténtico remordimiento y el verdadero arrepentimiento”.
El Papa no entró en temas históricos. Sin embargo, sus palabras están enmarcadas en la pacificación de Sri Lanka debido al conflicto que enfrentó al Gobierno contra el grupo rebelde Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE), que a través de la lucha armada en 1983 buscó la constitución de un Estado paralelo para los 4 millones de tamiles que se encontraban discriminados por 14 millones de cingaleses.
En este sentido, el líder de la Iglesia Católica aseguró que sólo cuando haya perdón se llegará a la paz. “María siempre está presente para animarnos, para guiarnos, para mostrarnos el camino. De la misma manera que perdonó a los verdugos de su Hijo al pie de la cruz” y añadió “así ahora quiere guiar al pueblo de Sri Lanka a una mayor reconciliación, para que el bálsamo del perdón y la misericordia de Dios proporcione una verdadera curación para todos”.
Por último, pidió a “María Madre que acompañe con su intercesión los esfuerzos de ambas comunidades de Sri Lanka, tamiles y cingaleses, por reconstruir la unidad que se había perdido”. “Que, por intercesión de Nuestra Señora de Madhu, todos los hombres encuentren aquí el ánimo y la fuerza para construir un futuro de reconciliación, justicia y paz para todos los hijos de esta querida tierra” concluyó.
La tradición dice que el apóstol Tomás llegó vía mar a Sri Lanka y ha dejado las primeras secuelas del culto cristiano en la Isla. La venerada imagen de Nuestra Señora de Madhu data de la llegada de las primeras comunidades cristianas a Sri Lanka. Además, ésta imagen es símbolo de la persecución de los cristianos cuando fue arrancada de su santuario durante la confrontación armada y luego restituida.