En un pueblo de Italia, la evangelización pasa también por la zona de aparcamiento
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Cuántas veces los automovilistas, tras haber “milagrosamente” encontrado un sitio para aparcar, han tenido que andar hasta encontrar la columnita del parquímetro, “rezando” para tener monedas suficientes para tener el coche, y “confiándose a algún santo” para que las gestiones en el centro sanitario o en banco o en la oficina de correos terminara a tiempo? En las grandes ciudades es lo normal, pero está empezando a pasar también en las pequeñas.
Las oraciones de los 1.200 habitantes de San Lorenzo di Rovetta, en provincia de Bérgamo (Italia), deben haber llegado “muy alto” y alguien ha intervenido en su ayuda.
El párroco, Guido Rottigni, ha decidido que el parking propiedad de la parroquia quedará a disposición del público, pero sujeto a una particular forma de pago (Eco di Bergamo 16 enero).
Como afirma la reglamentación en las señales colocadas en la plaza dela parroquia, bajo la gran "P" sobre azul que indica "Parking", la tarifa pedida es "cada aparcamiento 1 Ave María". Ya no hay que buscar monedas en los bolsillos, por tanto, sino intenciones de oración y la disponibilidad de dejar entrar a Dios también en las prisas de cada día.
"Las zonas de aparcamiento en el claustro de la parroquia – explica don Rottigni – son necesarias para quienes llegan a San Lorenzo. La parroquia pone por ello a disposición su área, pero en lugar de estudiar convenios o tarifas, hemos preferido una pequeña invitación a la oración, que obviamente tiene un valor mucho menos medible (pero seguramente mayor) que algunos euros".
También así, añade el párroco, “se puede hacer evangelización". Atención, sin embargo, porque estas “tarifas especiales” podrían ser actualizadas. “Pues sí – concluye don Rottigni – para los furgones grandes, los Ave María deberían ser dos, por lo menos…"