Con la ciudad cumpliendo 450 años, la Arquidiócesis de Río de Janeiro celebró a su patrono. Emocionante recuerdo de Guido Schäffer, seminarista surfer camino a los altares.
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Tras una peregrinación por toda la diócesis, cerrada a los pies del Cristo Redentor, la Iglesia de Río de Janeiro celebró a su patrono San Sebastián. Hospitales, capillas, parroquias, comisarías, morros, playas, humildes barrios, fueron visitados por la imagen del santo patrono durante 13 días hasta su celebración, el 20 de enero.
“Rezamos y entregamos flores en memoria de quienes murieron en la Batalla de las Canoas, inicio de la ciudad de Río de Janeiro. Una oportunidad para rezar por la paz, en este año de la Esperanza (…) para que San Sebastián interceda por nosotros, para que en nuestra ciudad se pueda vivir en paz, en fraternidad, sin violencia y sin muertes”, dijo el Arzobispo cardenal Orani Tempesta al portar la imagen navegando en las aguas de la Bahía de Guanabara, una de las etapas de esta peregrinación.
La preparación fue clausurada el 19 de enero con la subida de la imagen del patrono al Santuario de Cristo Redentor, máximo punto de referencia turístico de la ciudad. Como durante toda la preparación, la imagen arribó acompañada del Cardenal Orani, quien subió al Cerro del Corcavado acompañado de un grupo de fieles de la parroquia San Judas Tadeo, ubicada a los pies del Cerro, y algunos de sus obispos auxiliares.
La mañana se tornaba nublada, en malas condiciones para subir y aprovechar la imponente vista. Sin embargo, cuando fue el turno de que suba la imagen en el pintoresco tren que completa la subida, el cielo comenzó a despejarse. La imagen acompañó el rezo del Ángelus.
El 20, tras la celebración central en la parroquia de San Sebastián, en Tujica, fueron creados dos homenajes cívicos en reconocimiento a personas de mérito: la medalla 1 de marzo, y el libro de los héroes de la ciudad. “La Iglesia Católica tiene una relación directa con la historia de Río de Janeiro y en ese año que la ciudad celebra su 450 años nada mejor que para honrar a San Sebastián esta manera", expresó el alcalde Eduardo Paes. La divulgación de los ganadores tendrá lugar el 1 de marzo, la otra fecha clave en estas celebraciones.
Luego siguió a una procesión que unió la parroquia de San Sebastián en Tijuca con la Catedral, donde con el envío misionero de los seminaristas, concluyó la celebración.
El recuerdo de Guido Shäfer
La celebración de San Sebastián de este año coincidió con el inicio de un proceso que entusiasma a la Iglesia local. El 17 de enero tuvo lugar el inicio del proceso diocesano de beatificación del siervo de Dios Guido Schäffer, seminarista fallecido en 2009 a los 34 años, mientras practicaba surf, una de sus pasiones.
Médico y surfer, Guido estaba a días de su ordenación. Las manifestaciones de quienes le conocieron confirman la fama de santidad de este joven que, como relataba un amigo de él citado por el seminario “Testemunho de Fé”, transformaba para siempre a todas las personas con las que se cruzaba.
El 20 de enero, durante la celebración en la parroquia de San Sebastián, fueron presentadas sus reliquias.
Con el emotivo recuerdo de Guido Schäffer, que podría convertirse en el primer “santo surfer”, se cerraron así las celebraciones en honor a San Sebastián, en el año en que la ciudad carioca celebra sus 450 años.
Oración a San Sebastián
En cada etapa de la preparación a la fiesta, y acompañando el año de la Esperanza que vive la arquidiócesis, se rezó esta oración (La traducción es propia):
San Sebastián,
valiente misionero en tiempos de difíciles,
testimonio del Evanfelio a través de la propia vida,
dedicado amigo de los cristianos perseguidos,
protector contra la violencia, las dolencias y las guerras.
San Sebastián, patrono de nuestra ciudad,
intercede por nosotros junto al Padre,
a fin de que, inspirados por tu testimonio,
nos volquemos a cada día
firmeos en el camino del bien,
perseverantes en la práctica de las virtudes,
fieles mensajeros del amor de Dios,
constructores de la justicia y de la paz,
consuelo y ánimo de los que sufren,
defensores de los afligidos,
solidario en el dolor y los tormentos
instrumentos constantes de Evangelización.
Amén.
