El desierto Cuaresmal nos ayuda a decir no a lo mundano, a los "ídolos", nos ayuda a tomar decisiones valientes, de acuerdo con el Evangelio y a fortalecer la solidaridad con los hermanos.Entonces entremos en el desierto sin miedo, porque no estamos solos: estamos con Jesús, con el Padre y con el Espíritu Santo. En efecto, como lo fue para Jesús, es justo el Espíritu Santo quien nos guía en el camino cuaresmal, aquel mismo Espíritu que descendió sobre Jesús y que se nos ha donado en el bautismo.
El desierto es el lugar donde se puede escuchar la voz de Dios
Aleteia Team - publicado el 23/02/15
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