El Pontífice insistió en la necesidad del diálogo interreligioso para construir allá donde hay destrucción
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“Ustedes son una periferia” del mundo y ustedes son el rostro y el corazón con el cual Dios llega a la gente de esta periferia, sostuvo Papa Francisco al recibir en audiencia este 02 de marzo a los prelados de la Conferencia de Obispos del Norte de África (CERNA), que agrupa las diócesis de Marruecos, Argelia, Túnez y Libia.
El Papa abrazó a los representantes de una Iglesia que busca defender a los cristianos, aún cuando son una minoría, en la zonas donde las ‘campanas’ de los templos han sido silenciadas por ‘las metralletas y las bombas’.
La valentía del anuncio Evangelio
“En particular, quiero notar la valentía, la lealtad y la perseverancia de los obispos de Libia , así como de los sacerdotes, personas consagradas y laicos que permanecen en ese país a pesar de los muchos peligros. Son auténticos testigos del Evangelio. Les doy las gracias de todo corazón y les animo a continuar sus esfuerzos para contribuir a la paz y la reconciliación en toda la región”, dijo Papa Francisco.
El Pontífice insistió en la necesidad del diálogo interreligioso para construir allá donde hay destrucción. “La fantasía de la caridad está en grado de abrir un sinnúmero de caminos para llevar el respiro del Evangelio en la cultura y en los más diversos contextos sociales”.
“El antídoto más eficaz contra cada forma de violencia – aseguró – es la educación en el descubrimiento y la aceptación de las diferencias como riquezas y fecundidad”. Por ende, invitó a que los sacerdotes, religiosos y laicos estén formados en el diálogo ecuménico e interreligioso”.
Al respecto, el Pontífice celebró con sus palabras los 50 años del Pontificio Instituto de Estudios Islámico, fundado en Túnez. Asimismo, rememoró, el trabajo del Instituto Ecuménico “Al Mowafaqa” que tiene su sede en Marrueco.
Entretanto, invitó a los prelados a seguir el camino del diálogo y el encuentro sin hacer alguna distinción. Así agradeció a los obispos del norteafricanos porque “frecuentemente con medios humildes muestran el amor de Cristo y de la Iglesia hacía los pobres, los enfermos, los ancianos, las mujeres en estado de necesidad o los detenidos”.
Además, exaltó el trabajo que hacen con los “inmigrantes africanos” y “reconocer su dignidad humana y en el trabajo de despertar las consciencias de frente a tan grande drama humano, se muestra el amor que Dios tiene por cada uno de nosotros”.
”Su Conferencia Episcopal…. es un lugar de intercambio y diálogo significativo, pero también debe ser un instrumento de comunión para profundizar las relaciones fraternales y la confianza recíproca”, escribe el Papa en el discurso entregado a los prelados.
“La peregrinación a Roma es una buena ocasión para renovar el compromiso común al servicio de la misión de la Iglesia en cada uno de sus países. Esta misión las llevan a cabo con los sacerdotes, sus colaboradores directos. Originarios de numerosos países a veces es difícil para ellos adaptarse a nuevas situaciones”, señaló.
Por lo tanto, “es particularmente necesario que estén cerca de todos ellos y atentos a su formación continua para que puedan vivir su ministerio plena y serenamente… Los religiosos y religiosas también tienen un lugar especial en la vida y la misión de vuestra iglesia y les doy las gracias por su testimonio de vida fraterna y su generoso compromiso al servicio de sus hermanos y hermanas”.
”En el corazón de vuestra misión y en el origen de vuestra esperanza está, ante todo, el encuentro personal con Jesucristo y la certeza de que El actúa en el mundo donde habéis sido enviados en su nombre. La vitalidad evangélica de vuestras diócesis depende, por lo tanto, de la calidad de vuestra vida espiritual y sacramental”, observa el Santo Padre.
En el discurso recuerda a también a ”los religiosos y religiosas que han entregado todo a Dios y a sus hermanos hasta el sacrificio de sus vidas”, y señala a los obispos que deben desarrollar esta herencia espiritual primero entre sus fieles, pero también abriéndola a todos.
”Me alegra saber -añade- que en los últimos años, varios santuarios cristianos han sido restaurados en Argelia. Acogiendo a cada uno, tal y como es, amablemente y sin proselitismo, vuestras comunidades demuestran que quieren ser una iglesia con las puertas abiertas, siempre ”en salida”.
”Iglesia del encuentro y el diálogo, vosotros queréis servir a todos sin distinción. A menudo con medios modestos, manifestáis la caridad de Cristo y de la Iglesia con los pobres, los enfermos, los ancianos, las mujeres necesitadas o los prisioneros. Muchas gracias por vuestra labor de ayuda a los muchos inmigrantes procedentes de África que buscan en vuestros países un lugar de tránsito o de acogida. Reconociendo su dignidad humana, y trabajando para despertar las conciencias ante tantos dramas humanos, demostráis el amor de Dios por cada uno de ellos”.
”Queridos hermanos en el episcopado quiero aseguraos el apoyo de toda la Iglesia en vuestra misión. Estáis en ”las periferias” con el servicio particular de manifestar la presencia de Cristo y su Iglesia en esta región. Vuestro testimonio de vida en la sencillez y la pobreza es un signo eminente para toda la Iglesia. Estad seguros de que el Sucesor de Pedro os acompaña en vuestro áspero camino y os anima a ser siempre hombres de esperanza”, concluyó.