Un viejo proyecto del cardenal Bergoglio que se hace realidad en la vicaría de Flores
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San Juan Diego, el vidente de la Virgen de Guadalupe, el primer santo indígena de América Latina ya podrá ser venerado en Buenos Aires. El mes de mayo, mes de María, su hijo predilecto, “el más pequeño de sus hijos”, junto con ella en su advocación de Guadalupe, tendrá su templo.
La construcción del mismo se inició apenas en 2013, pero desde mucho tiempo atrás, cuando era cardenal y arzobispo metropolitano de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio ya lo había dedicado a su memoria, y a la Virgen de Guadalupe, la “estrella de la nueva evangelización”.
El templo será inaugurado por el cardenal y arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera, quien es el sucesor del primer obispo de México, Fray Juan de Zumárraga, a quien la Virgen pide a Juan Diego Cuauhtlatoatzin le entregue, como mensaje de reconocimiento, un puñado de rosas que, al desplegarse en el ayate del indígena, quedó pintado el lienzo milagroso al que cada año visitan cerca de 22 millones de personas en su “casita del Tepeyac”.
El cardenal Rivera estaría acompañado del sucesor del cardenal Bergoglio en Buenos Aires, el cardenal Mario Aurelio Poli, quien es, también, primado de Argentina. La parroquia, que pertenece a la Vicaria Flores de la Arquidiócesis de Buenos Aires, se sitúa al sur de la ciudad de Buenos Aires.
Su andadura comenzó con una carpa en 1995 y apenas ahora se terminará. Junto con ella se hace realidad el Centro Misionero San Juan Diego, iniciado el 9 de diciembre de 2002, primera celebración del santo indígena, con la fecha que fijó para su veneración San Juan Pablo II.
Desde ese entonces, la Virgen de Guadalupe y San Juan Diego han formado una pareja indisoluble en lo que se refiere a la evangelización desde el acontecimiento guadalupano. Tanto así que el propi Papa Francisco ha venido a decir que el acontecimiento de Guadalupe es el programa de la Iglesia continental y es su propio proyecto de pontificado.
El templo dedicado a San Juan Diego contará con una réplica en el tamaño original de “la morenita del Tepeyac”, como solía llamarla, cariñosamente, San Juan Pablo II, quien la hizo patrona de todas las Américas, donada al arzobispado de Buenos Aires por el colectivo mexicano “Unión de Voluntades”.
En el templo figura ya una placa firmada por el Papa Francisco en 2013 y dirigida al padre Federico Trapaglia, a los sacerdotes que lo acompañan y a la comunidad parroquial del barrio donde se asienta este nuevo templo:
Querido Padre Federico, Padre Eduardo y miembros de la comunidad parroquial, tengo en el corazón la alegría que me da la noticia: el 1 de agosto se comenzaron las obras del nuevo templo. En este momento quiero estar cerca de ustedes y dar gracias a Dios, ese Dios tan bueno que nos llevó de la carpa al saloncito, y ahora al templo; que caminó junto a nosotros desde el primer momento del P. Cacho Gallino. Que esta acción de gracias sea alegría en todos, les pido por favor, que recen por mí, queJesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Afectuosamente. Francisco
(Con información de SIAME y Centro Católico Multimedial)