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Misterio en el Vaticano: se han robado unos manuscritos de Miguel Ángel

Llegó a Roma por una falsificación Miquel Ángel en Florencia, su ciudad natal, en los primeros pasos como artista en la casa de los Medici esculpió “El Cupido dormido”. Viéndola el mismo Lorenzo el magnífico le dijo: “Quizá si la enterraras y la trataras para darle el aspecto de una obra antigua, la enviaría a Roma, donde estoy seguro de que creerían que es una antigüedad y la venderías mucho mejor”. Así la escultura fue vendida como hallazgo arqueológico al cardenal Riario, sobrino del papa Sixto IV. La noticia del engaño circuló largamente en la ciudad papal, así como la mofa sobre Rafael Riario en los ambientes de la curia y nobleza romana. El cardenal, resentido, envió a Florencia al banquero y noble romano Jacopo Galli, para descubrir la identidad del escultor del Cupido. Y fue así como Miguel Ángel fue conducido a Roma, donde pidió disculpas al cardenal y comenzó a esculpir para él.

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Chiara Santomiero - publicado el 10/03/15
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Lombardi confirma el robo, y anuncia que no se pagará el rescate pedido por los ladrones

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Ninguna concesión por parte del Vaticano a los ladrones o a los compradores de preciosos documentos de Miguel Ángel, que ofrecieron devolverlos a cambio del pago de un “rescate”.

El portavoz de la Sala de Prensa Vaticana, el padre Federico Lombardi, clarificó las circunstancias de la noticia dada a conocer el 8 de marzo por el diario Il Messaggero, relativa al robo en los archivos de la Fábrica de San Pedro de una carta hológrafa de Miguel Ángel Buonarroti, “probablemente el único ejemplar conservado del otro lado del Tíber, que el arquitecto y artista toscano escribió de su puño y letra en su totalidad, desde el inicio hasta el final. Una verdadera rareza, considerando que normalmente ‘Miguel Ángel’ ponía su firma en los textos que dictaba a sus colaboradores”.

El misterio es muy denso en cuanto a que el robo de autor exige, en este caso, una particular habilidad y conocimiento de los lugares. “Quien ha realizado el golpe – subraya la periodista de Il Messaggero, Franca Giansoldati – conocía muy bien los lugares contiguos a la basílica en que conservan los documentos del edificio, desde 1506 en adelante, cuando el Papa Julio II creó la Fábrica para seguir las fases de la obra y luego asegurar la manutención del nuevo edificio.

Documentos de obra, cartas, pergaminos, pinturas del mismo Buonarroti y otros artistas, frescos, testimonios de Vasari y Bramante. El ladrón sabía bien cómo moverse, dónde ir a buscar, cómo orientarse. No es fácil. Pocos, de hecho, pueden tener acceso directo, visto que los archivos de la Fábrica no están, ni mucho menos, abiertos al publico”.

El agujero, aclaró Lombardi, se remonta al 1997 “cuando se constató la ausencia del Archivo de la Fábrica de San Pedro de algunos documentos de Miguel Ángel, uno escrito por él, otro con su firma”. La noticia había sido señalada por la entonces archivista, sor Teresa Todaro, al cardenal presidente de la Fábrica y arcipreste de la basílica, Virgilio Noè. “Recientemente – agregó Lombardi – el cardenal Comastri, actual presidente, recibió la propuesta para readquirir, a un cierto precio, tales documentos”. El purpurado se rehusó a recuperar por vías indirectas los documentos extraídos ilícitamente.

“La Gendarmería Vaticana – informa Lombardi – está en contacto con las autoridades competentes de la policía italiana para las investigaciones oportunas”.

No ha sido confirmada la noticia sobre la cantidad del pago requerido que equivaldría a cien mil euros.

 

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