Tras la misteriosa muerte de su joven hijo, se recluyó tres meses en el campo. Sin embargo, al regresar a Buenos Aires, se encontró con una sorpresa que le llevó paz.“El Papa Francisco de nuevo, señora, por favor no me corten”, tuvo que apurarse el Sumo Pontífice. Cinco minutos antes, en la misma casa de Cristina Wehmeyer de Benedit, cortaron con contundencia un llamado del Papa, pensando que se trataba de una broma. Esta vez, la llamada pudo llevarse a cabo, y como reconoció un hijo de Wehmeyer, “fue una enorme inyección de ánimo”.
La receptora del llamado del Papa es la madre de Mariano Benedit, asesor financiero de 31 años aparecido muerto en diciembre de 2014, en circunstancias aún no aclaradas. El caso conmocionó a la opinión pública argentina, debido a la joven edad de Benedit, su reciente paternidad y aparente vida normal.
Tras el fallecimiento, Cristina se refugió en el campo. Ni bien ingresar en su casa, tras tres meses alejada de la ciudad, recibió el llamado de Francisco. “Justo cuando mi mamá entraba a su casa con todo el dolor de lo que tiene que enfrentar, esa llamada diciéndole no estás sola… Realmente me conmueve cómo el Señor maneja los hilos", expresó Miguel Benedit, uno de los seis hermanos de Mariano. La familia, pudo saber este periodista, es de fe y práctica religiosa.
El Papa, se hizo saber, le expresó a la mujer que reza por Benedit, quien fue hallado muerto, como le recordó Francisco, el día de su cumpleaños, 17 de diciembre. La intención del llamado era transmitirle paz y esperanza a la mujer.
La investigación judicial sobre la muerte de Benedit aún no resolvió si se trató de un suicidio o un homicidio. El financista fue hallado muerto en Costanera Sur, una zona de Buenos Aires escasamente transitada, un día después de desaparecido. Al día siguiente, Benedit tendría el bautismo de su hija, y no había siquiera indicios en su familia de un suicidio, hipótesis más firme de acuerdo a las condiciones en las que fue hallado el cuerpo.