El abogado ciego -y superhéroe de incógnito- Matt Murdock, Daredevil, siempre con un confesor a mano
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Perdóneme padre, porque he pecado, últimamente he estado preocupado por cuestiones de moralidad. Lo correcto y lo incorrecto, el bien y el mal. No pido perdón por lo que hice, padre. Pido perdón por lo que estoy a punto de hacer”.
Así habla en el confesionario el abogado ciego Matt Murdock, que es también el superhéroe con sentidos aumentados Daredevil, que es capaz de escuchar y oler a distancias increíbles, detectar lo que sucede a su alrededor con una especie de radar interno y luchar con la fuerza y agilidad de un pugilista y acróbata.
Daredevil protagoniza la nueva teleserie en Netflix, dentro de la franquicia de superhéroes de la casa Marvel, que en la actualidad mantiene otras dos teleseries (Marvel Agents of Shield y Agent Carter).
Ya fue protagonista de una película de Marvel en 2003, considerada “no muy buena” por críticos y aficionados.
Mucha confesión, poca comunión
Daredevil es uno de los personajes de Marvel “más católicos”, aunque no sea un católico ejemplar. En los cómics, como en el trailer de la teleserie, se le ve a menudo en el confesionario o hablando con sacerdotes. En la película de 2003 fue dos veces al confesionario, aunque en una sólo pretendía que el cura le diese la razón, y en otra no se molestó en confesar sus pecados sexuales (con la asesina ninja Elektra, que tendría su propia película, tampoco muy buena).
Queda claro en cómics y películas que Matt Murdock ha tenido una firme formación católica, al menos antes de quedar huérfano. La fe le da consuelo, a menudo reza en la iglesia… o sobre el tejado de la iglesia, con su traje rojo, como de diablo, abrazado a alguna cruz.
Le vemos mucho confesarse pero nunca le vemos llegar a comulgar.
Aunque por lo general no mata a los criminales que persigue, infringe muchas normas y en distintas historias se ve tentado, o cae, en el uso a la violencia mortal. Un tema de Daredevil es siempre su oscilar entre ser un héroe o simplemente un “vigilante” vengador. También tiene una vida sentimental complicada, debatiéndose entre chicas buenas y otras no tan aconsejables.
El ateo Frank Miller incentivó su catolicidad
El personaje fue creado en los años 60 por Stan Lee (el padre de la mayoría de los grandes superhéroes de Marvel, que efectúa un popular cameo en cada película) y el dibujante Bill Everett. En esa época no se solía hablar apenas de la espiritualidad de los superhéroes.
Fue en 1975, en el número 119, cuando el guionista Tony Isabella le hizo amigo de un sacerdote y empezó a aparecer en entornos “católicos”. Hay quien habla de este guionista Isabella como un cristiano devoto porque en esa época se planteó poner al mismísimo Jesucristo en un cómic de “Motorista Fantasma” (y redimir a este personaje de sus llamas demoníacas), pero la realidad es que hoy en 2015 hace campaña contra las normas de libertad religiosa en Indiana apoyando al lobby gay.
Parece que quien consagró el catolicismo de Daredevil fue Frank Miller, guionista y dibujante de culto, de familia católica, que se ha declarado ateo en varias ocasiones pero siempre se ha mostrado seducido por la idea del héroe que se entrega y sacrifica.
Daredevil quedó católico para siempre en 1986, a partir del número 229, cuando, estando el héroe herido, viene a cuidarle una monja que resulta ser su madre. Desde entonces, las ocasiones en que aparece en iglesias y con sacerdotes se multiplican.
Contra el clero "progre"
Una de situaciones más claras es el arco de 5 números que guionizó en 2005 Brian Michael Bendis (escritor no especialmente devoto, que se sepa) tratando el tema de los diez mandamientos. Una serie de personajes se reúne en una iglesia y comparten cosas que les han sucedido, siempre con Daredevil implicado. Un cura niega que existan los demonios o el infierno y Matt, el héroe, desde la sombra, responde: “Usted cree en Dios, Jesús y los ángeles, ¿cierto? Bien, padre, lo siento, pero no puede andar escogiendo…”
Inmerso en el mal de las calles, herido como huérfano, dominado por un impulso exigente de justicia e indignación, la fe incompleta de Daredevil le puede dar consuelo, pero no llega a darle gozo, no ha vivido la Resurrección y conoce sólo de lejos la Pascua. Vive en un continuo Viernes Santo oscuro, de inocentes ejecutados y de juicios amañados y tramposos. Queda por ver hasta qué punto estos temas quedarán resaltados en la teleserie de Marvel.
La teleserie competidora natural sería la de Arrow, de DC Comics, otro héroe nocturno que se debate entre la justicia y la venganza. Arrow no tiene la espiritualidad de Daredevil y eso puede dar una ventaja peculiar al superhéroe de rojo que los guionistas quizá quieran explorar.