De él es la frase “un oído en el pueblo y otro en el evangelio”, idea que el Papa Francisco toma para el punto 154 de la Evangelii Gaudium.
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
La Congregación para la Causa de los Santos comunicó la Obispo de La Rioja, Argentina, que no hay obstáculo alguno para que se inicie la causa de beatificación y declaración de martirio de monseñor Enrique Angelelli. El recordado prelado falleció en 1976, pero recién en 2014 la justicia reconoció su asesinato. La noticia llega días después de las novedades en la causa por martirio de dos sacerdotes y un laico muy ligados a él.
Enrique Angelelli nació el 17 de julio de 1923, en Córdoba. A los 15 años comenzó a estudiar en el seminario de Nuestra Señora de Loreto. En 1947 con 24 años fue enviado a Roma para terminar sus estudios en el Pontificio Colegio Pío Latino Americano. Ordenado sacerdote en 1949, regresó a los dos años a Córdoba, donde fue nombrado obispo auxiliar y consagrado en marzo de 1961. El 20 de agosto de 1968 fue nombrado Obispo de La Rioja por Pablo VI.
A los 25 años de su muerte, los obispos argentinos describieron sus años en esa diócesis y ponderaron cómo monseñor Angelelli llevó a la vida del pueblo de La Rioja las enseñanzas del Concilio Vaticano II, de Medellín (por la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano) y del documento de San Miguel del Episcopado argentino.
“Su acción pastoral, inspirada por estos documentos, fue objeto de duras polémicas”, reconocieron los Obispos pero aseguraron que “fue un hombre que se dejó tomar por el Espíritu y apasionar por el Evangelio”. “Más allá de su fortaleza y limitaciones humanas, se abrió a la acción del Espíritu que motivó, en él, fuertes deseos de santidad y una gran entrega en el servicio de los pobres”, concluyeron.
Eran años de grave tensión política en la Argentina y de violencia, desde mucho antes del inicio de la dictadura militar de marzo de 1976. En junio de ese año, el jesuita Jorge Bergoglio asistió a un retiro espiritual ofrecido por este prelado. Monseñor Angelelli había sido víctima por esos días de una pedrada por quienes rechazaban su condena a los latifundistas.
"Fueron días inolvidables porque recibimos la sabiduría de un pastor y la confidencia de esas pedradas. Me encontré con una Iglesia perseguida entera: pueblo y pastor", relató en un ocasión Bergoglio, conmovido por cómo Angelelli acompañaba a su pueblo "hasta las periferias geográficas y existenciales".
De monseñor Angelelli es la recordada frase que hay que tener “un oído en el Pueblo y otro en el Evangelio”, llevada a la Evangelii Gaudium por el Papa Francisco. Para la hermana del Papa, María Elena, Angelelli fue el pastor que más marcó a su hermano, según confesó en una entrevista realizada por Álvaro Real y quien escribe.
Su asesinato, recién hoy reconocido
El 4 de agosto de 1976, cuatro meses después de iniciada la dictadura militar, Angelelli regresaba de Chamical, donde dos semanas antes los sacerdotes Gabriel Longueville y Carlos de Dios Murias habían sido secuestrados, torturados y asesinados. Días después, había sido asesinado el laico Wenceslao Pedernera, colaborador suyo con el movimiento rural católico, ultimado con veinte balazos en su casa frente a su mujer y sus tres hijas. Las pedradas ya eran balas.
Angelelli había oficiado la misa de entierro el 22 de julio y en esta ocasión, tras rezar un novenario por los curas, llevaba consigo documentos para denunciar el asesinato. Pero la camioneta furgón en la que viajaba con el vicario Arturo Pinto sufrió un vuelco en la ruta 38. El cuerpo de Angelelli fue hallado llamativamente dispuesto sobre la tierra. Oficialmente, por esos años, fue un accidente, y se ignoró la evidencia que mostraba que el vuelco había sido provocado.
Si bien tras el retorno de la democracia, en 1983, se reabrió la causa y se dictaminó que su muerte fue un “homicidio fríamente premeditado”, las leyes de obediencia debida y punto final postergaron el reconocimiento oficial de la verdad, ya popularmente conocido. Recién más de 25 años después, con la derogación de estas normas, se reabrió la causa y en junio de 2014 se conoció la sentencia definitiva. Fueron condenados a prisión perpetua por homicidio calificado y asociación ilícita Luciano Menéndez y Luis Estrella. Al momento de la sentencia, los otros tres acusados, entre los que se encontraba Jorge Rafael Videla, ya habían fallecido.
Confirmado el asesinato, la Iglesia argentina avanza con renovado espíritu para el reconocimiento del martirio de uno de sus prelados más emblemáticos. Las novedades llegan semanas después de que se haya clausurado la fase diocesana por el martirio de Murias, Longueville, y Pedernera. El Obispo de La Rioja monseñor Marcelo Colombo debe viajar a Roma a llevar la causa de estos últimos, pero se detendrá antes en El Salvador para participar el 23 de mayo de la beatificación de monseñor Óscar Romero, pastor por vida y muerte muy semejante a monseñor Angelelli.