Quien fuera el líder de la famosa banda los Ratones Paranoicos se siente como san Agustín: “Dios se manifestó, debido a mi necesidad, yo pedí con lágrimas y con angustia poder acercarme”
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Juanse se siente identificado con san Agustín: “A los vicios los deja el cuerpo, porque, justamente, lo que necesitás tarde o temprano es comunicarte con Dios”. El hombre que supo cantar que “el rock and roll es un vicio”, Juanse, dejó atrás una vida de vicios y pese a que sigue dedicándose al rock, su vida es Cristo.
Juan Sebastián Gutiérrez, Juanse, fue el líder de la banda los Ratones Paranoicos (1986-2011), uno de los grupos musicales más exitosos de la historia de la música argentina. Se crió en Villa Devoto, cerca del seminario diocesano de Buenos Aires, y a los 10 años comenzó a tocar la guitarra.
Su fascinación por el rock lo acercó a figuras nacionales como Pappo, e internacionales como Rolling Stones. Las influencias de éstos en su música, con quienes llegó a compartir productor e incluso a escenario, son notables, aunque luego el mismo Juanse se ha convertido en referencias para otros.
“El rock del Gato”, “Vicio”, “Para siempre” son canciones infaltables en cualquier fiesta ranking histórico.
En una reciente entrevista con el diario Clarín, reconoció que en los inicios “éramos chicos de barrio y nos tocó vivir el inicio de la época de la droga en los ‘80. Tuvimos experiencias de todo tipo, nunca traumáticas”. En otra entrevista, reconoció haber consumido “una cancha entera de cocaína”. Pero algo cambió en su vida.
“Es inexplicable. Estaba en el living de mi casa, no recuerdo cuándo. Todo comenzó en 2004 cuando escribí una canción que se llama Simpatía para un disco muy exitoso nuestro que se llamó Girando. Se lo dediqué a Cristo. Tuve inconvenientes porque a la gente le da inhibición hablar sobre Él, no en privado pero sí en exposición”, reconoció a Clarín.
“Dios se manifestó, debido a mi necesidad. Yo pedí con lágrimas y con angustia poder acercarme. ¡Esa impotencia! Ahora lo leo en las confesiones de san Agustín: le pasó lo mismo. ¡No lo puedo creer! El tipo está describiendo lo mismo que me pasó a mí; esa impotencia de no poder y querer ver una señal, lo que sea. Ahora bancátela: tenés que hacerte responsable de esta manifestación”, relató orgulloso.
Y continuó: “No puedo estar mucho tiempo sin ver la imagen de la Virgen o de Cristo. Tengo mi anillo de San Benito. Son símbolos, pero son referenciales. No quiero perder un segundo: no hay tiempo en esto. No mido el tiempo, mido los instantes que puedo llegar a perder sin estar en contacto o sin estar reflexionando, en un estado de oración permanente”.
El ex Ratones Paranoicos no terminó allí su confesión, y siguió aprovechando la oportunidad de compartir con el mundo en el diario más leído de la Argentina su experiencia de fe: “Fijate lo del Vía Crucis, con tanta gente que Él curó y escuchó. Fijate la paradoja de que en el momento de su Pasión, nadie se aproximó a solidarizarse. ¿Dónde estaban esos que acompañó cuando hacía sus milagros? Quiere decir que nosotros no tenemos fe porque Dios haga milagros, tenemos fe porque Dios existe. Yo no creo en Dios, le creo a Dios”.
"Ya no me interesa lo que piense la gente, no me interesa el halago ni la crítica", siguió, e insistió en que no responde a “nadie más que a Dios, concretamente a Jesucristo y a la Virgen María, que son los que me dan la fuerza y la seguridad de estar haciendo lo que corresponde con respecto a mi vida”.
Además, los escenarios ya no le mueven tanto: “No me interesa que vaya gente al teatro; más me gusta tocar en la iglesia. En cada octubre toco en la parroquia de la Virgen del Rosario, de Avellaneda”.
En otra entrevista con el mismo diario, declaró que “a los vicios los deja el cuerpo, porque, justamente, lo que necesitás tarde o temprano es comunicarte con Dios”. Y aseguró que atacar a la Iglesia “es un pretexto del hombre para seguir holgazaneando".
Juanse decidió cambiar de vida, sorprendiendo incluso a su esposa e hijos. Desde entonces, aprovecha cuanta entrevista se le hace para compartir su conversión.
Participó de la Jornada Regional de la Juventud en el Planetario, en la que instó a los jóvenes a poner a Jesús en el centro. Toca rock, incluso el Rock del Gato. Pero cambió los vicios por la oración. Y se le ve inmensamente feliz.