En la Universidad de Dallas, en Irving (Texas)
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Una roca del Tepeyac, el pequeño promontorio donde transcurrieron las apariciones de la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego en lo que es hoy el territorio que ocupa la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México, fue exhibida en una urna de cristal durante la dedicación del Santuario a la Patrona de las Américas en el campus de la Universidad de Dallas (UD), en Irving, Texas.
Fue el pesado mes de mayo cuando monseñor Eduardo Chávez Sánchez, postulador de la causa de canonización de San Juan Diego y director del Instituto Superior de Estudios Guadalupanos en México, junto con monseñor Daniel Flores, obispo de Brownsville (Texas) y Thomas W. Kefee, rector de esa casa de estudios, bendijeron una imagen de bulto de la Virgen de Guadalupe, que presidirá el nuevo santuario de la UD, la universidad de la diócesis de Dallas y de Fort Worth.
El santuario se encuentra, justamente, dentro de las instalaciones de UD y será el centro de reunión de alumnos, docentes, administrativos y comunidad en general, especialmente la comunidad católica de Dallas y Fort Worth, cuyo fervor a la "morenita del Tepeyac" cada día crece más. Se trató, dijo monseñor Chávez Sánchez, de "un hecho histórico" a la luz de la evolución del fenómeno de María de Guadalupe entre las nuevas generaciones de latinoamericanos que crecen en el norte de Texas, especialmente entre los jóvenes.
La Virgen de Guadalupe como símbolo de unión
Entrevistado por la "Revista Católica" de la UD, para su número de junio-julio de 2015, el especialista en los estudios guadalupanos dijo que "la Virgen de Guadalupe es muy amada por los mexicanos y por la gente de Latinoamérica porque forma parte de sus raíces, pero desde que San Juan Pablo II la nombrara patrona de todo el continente, los americanos de otro tipo de raíces (irlandeses, hindúes, franceses, checos.) también han desarrollado un amor grande por ella; es algo maravilloso que ella haya tocado el corazón de tantos hermanos".
Para monseñor Chávez Sánchez, el acontecimiento guadalupano es un acontecimiento que une, que aglutina, que da sentido y raíz a todos los católicos del continente americano, puesto que "debemos entender que somos hermanos de una misma familia". Guadalupe, terminó diciendo el especialista en estudios e investigaciones guadalupanas quizá más avanzado en el mundo, tiene piel morena, piel mestiza "porque ella es la madre de todos los pueblos" y su amor "hace que no haya divisiones ni fronteras; el amor nos une como verdaderos hermanos".
La roca del cerro del Tepeyac fue donada a la UD y a su rector por parte del rector de la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe, monseñor Enrique Glennie y estará en el santuario edificado en la plaza central del centro de estudios texano.
