La jerarquía de los ángeles: Conoce los tres círculos y los nueve coros
En una columna anterior se hacia alusión al número de ángeles que existen y prometimos abordar el tema de la jerarquía angelical en otro artículo. Pues bien, como lo prometido es deuda… en esta oportunidad queremos tratar este tema del orden que hay entre los ángeles.
Tal vez ya hemos oído nombres como “serafines” o “tronos” o “potestades” y ante estos nombres podríamos preguntarnos: ¿para qué sirven tantos nombres?, ¿qué ayuda me dan?
En primer lugar es necesario manifestar que el orden o jerarquía que existe en el mundo angelical tiene su fundamento en el orden que existe en la Santísima Trinidad. Por ello, el orden angelical es un reflejo de Dios Uno y Trino, no es algo arbitrario o producto de una invención humana.
El orden que existe en Dios se manifiesta de manera imperfecta en la creación entera: cada criatura, cada cosa ocupa el lugar que le corresponde y, al mismo tiempo, este orden presupone una armonía en todas las criaturas y entre todas ellas.
Este reflejo de Dios se manifiesta de una manera más perfecta en el mundo angelical, toda vez que ellos por ser espíritus puros se encuentran más cercanos a Dios.
Lo anterior ha llevado a que en la Tradición de la Iglesia se hable de la existencia de una jerarquía angelical conformada por tres círculos formados cada uno por tres coros. Es decir, hay un total de nueve coros angelicales distribuidos en tres círculos.
De esta manera, ya se ve un reflejo de Dios: si Dios es uno y Trino, en el mundo de los ángeles encontramos tres círculos, en cada uno de ellos tres coros y una sola jerarquía.
La imagen entonces que puede ayudar a comprender este tema del orden de los Ángeles es la de los círculos: todos los santos ángeles se orientan a Dios y reciben la luz de Dios. Dios es el centro de todos los coros y de cada santo ángel individual.
Sin embargo, aunque todos los santos espíritus reciben la luz divina, hay ángeles que se encuentran más cercanos a esa luz que otros, esto da origen a los tres círculos y a los nueve coros.
Es decir, la agrupación de los ángeles se refiere a su grado de proximidad a Dios. Lo que determina esta jerarquía es su cercanía a Dios, la cual constituye el grado de perfección y las tareas que a cada uno de los coros angelicales le son confiadas; cada coro recibe la luz de Dios, como ya fue dicho, pero cada uno de ellos transmite la fuerza, el calor y el resplandor de esta luz de nueve maneras diferentes.
Teniendo en cuenta lo anterior, el mundo angelical está conformado por:
- Primer círculo: Los ángeles de este círculo son los más cercanos a Dios y de él forman parte los serafines, querubines y tronos.
- Segundo círculo: En este círculo se encuentran los coros de las dominaciones, potestades y principados.
- Tercer círculo: Es el círculo que recibe la luz de Dios pero no de una manera tan cercana a los ángeles del primer y segundo círculo, así mismo son los ángeles más cercanos a los hombres. En este círculo están las virtudes, arcángeles y ángeles.
Es necesario decir que en la Tradición hay unanimidad respecto a la secuencia de los coros que integran el primer círculo. Igualmente hay unanimidad en la posición que ocupan los arcángeles y ángeles.
Sin embargo, frente a los nombres y secuencia que ocupan los demás coros no hay unanimidad, debido, entre otras muchas razones, a que san Pablo al hablar de este tema en diferentes cartas no sigue el mismo orden.
De acuerdo con lo anterior podemos comprender, respecto a la jerarquía de los ángeles, que no son una colección de nombres un poco extraños sin ninguna utilidad, sino que cada uno de ellos es portador de la luz de Dios en un grado o en una medida de acuerdo a su mayor o menor cercanía a esta luz.
Estas criaturas espirituales son portadoras de la luz de Dios. Ellos traen al hombre esta luz divina y, así como Dios en su creación ha establecido un orden, una armonía entre las criaturas, así entonces Dios mismo quiere una armonía entre los ángeles y los hombres.
Es deseo de Dios que esta luz llegue a nosotros por medio de los ángeles, por ello la unión con los coros angelicales fomenta la unión con Dios y por ello es necesario conocer cada uno de estos coros y saber la ayuda que nos pueden dar en cada circunstancia de nuestra vida. Esto será objeto de un próximo artículo.
Por el momento, terminamos diciendo que los coros angelicales y el hombre están llamados, por disposición divina, a vivir en armonía y orden, de tal manera que entre estas criaturas se dé una alianza, una comunión.
En este sentido, se entiende que la jerarquía angelical tiene como fin ayudar al hombre en este itinerario hacia Dios y por ello cada uno de los nueve coros desempeña un papel activo en el proceso de la unión del alma humana con Dios.
Los nueve coros representan el camino humano, la subida hacia la comunión con Dios[1].
Por ello en próximos artículos trataremos de cada uno de los coros con el fin de conocerlos un poco mejor para, en unión con ellos, unirnos a Dios Uno y Trino.