Sorprendente la crónica del periódico oficial del partido comunista sobre una oración por la paz organizada por San Egidio en La Habana
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El periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba por cinco décadas, ha adelgazado, aligerado, casi vuelto etéreo su modelo de redacción cuando toca hoy –vísperas de la visita del Papa Francisco a la isla caribeña—temas relacionados con la Iglesia católica.
Antes vituperada, ahora representa una salida para la paz y la reconciliación del pueblo cubano. O al menos eso es lo que deja entrever algún texto colateral a los de la visita de Francisco, como el del reciente encuentro de oración por la paz en La Habana.
Convivencia posible
“Con un mensaje de paz, unidad y diálogo en aras del bien de la humanidad, se realizó en la Plaza San Francisco de Asís, del centro histórico de La Habana, la ceremonia de clausura de la Oración por la Paz”, comienza diciendo el reporte publicado en Granma.
Este es el segundo encuentro organizado por la Comunidad de San Egidio en Cuba. El colectivo nacido en Roma, en 1968 a la luz del Concilio Vaticano II, reunió a numerosos representantes de las religiones mundiales presentes en la isla bajo el título general de la jornada mundial de oración: “La paz es siempre posible”.
Monseñor Giorgio Lingua, nuncio apostólico en Cuba, leyó el mensaje del Papa Francisco, a propósito de este Encuentro Internacional por la Paz, llamando a vivir juntos en armonía.
“La convivencia fructífera y pacífica entre personas y comunidades que pertenecen a religiones distintas es posible y realizable. La convivencia pacífica entre las diferentes comunidades religiosas es un bien inestimable para la paz y el desarrollo armonioso de un pueblo, es un valor que hay que custodiar y hacer crecer cada día. La educación en el respeto de las diferencias y las identidades específicas favorecen el diálogo y la comunicación para el bien de todos”.
Amor, diálogo, concordia
Eusebio Leal, historiador de La Habana citado por Granma, expresó la importancia de este evento, en instantes en que decenas de miles de refugiados huyen a Europa, ingresan por las fronteras; “en momentos que el mundo está conmovido por los que mueren, sufren y lloran”.
Leal llamó a orar por la paz y a saludar y agradecer a los que luchan y se consagran a ella. Aludió a cómo es posible —creando las condiciones requeridas— vivir en un ambiente de paz, compresión y respeto al otro.
Como parte de la ceremonia, Lizette Vila, directora del proyecto Palomas, leyó la Proclama por la Paz, un escrito que aboga por el amor, el diálogo, la concordia y la compasión entre seres humanos y comunidades.
Finalmente, se realizó la firma del Llamamiento por la Paz, documento que entregaron representantes religiosos de Cuba a miembros del cuerpo diplomático presentes en el encuentro.