“Una misión juvenil anuncia la venida del Papa Francisco en las principales calles de la ciudad, con cantos y carteles”
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El Papa Francisco ama la juventud y confía en la fuerza y la fe de ellos para anunciar el evangelio. Los jóvenes cubanos lo saben y en particular un grupo grande de la ciudad de Santiago de Cuba, decidió convertirse en “callejeros de la fe” para anunciar la llegada del Papa a la ciudad. Representantes de diferentes zonas de la arquidiócesis se dieron cita el pasado sábado 12 de septiembre para contagiar las calles con el entusiasmo que va en aumento al saber que cada vez están más próximos al momento esperado.
Representantes de casi todas las comunidades de la diócesis, miembros de los municipios y de la comunidad de San José Obrero, que no trajo solo a jóvenes, sino que extendió la invitación a niños y adultos, formaron un grupo de alrededor de cien personas que se dieron cita en el Arzobispado. Tras una emotiva charla de Vladimir Sarmiento, de la parroquia Nuestra Señora del Rosario, los participantes se dividieron en cinco grupos que salieron con la tarea de misionar en algunas de las calles más céntricas de la ciudad.
Arterias principales como Aguilera, Martí, Ferreiro, Heredia, San Jerónimo y Bayamo se cubrieron de afiches, pegatinas y plegables. Pero como dice Jennifer Bergues: “lo que distinguió a nuestra misión, más que el colorido de los recuerdos que fuimos dejando en las paredes, muros y puertas de nuestras calles, fue el encuentro con el otro, el hermano; fue el sabernos recibidos y acogidos por quienes detenían su andar agitado para recibir la noticia de que el Papa estará con nosotros. No faltó quien pidió pegatinas para toda la familia, quien las puso en sus timbiriches y negocios o quien bajó del último piso del edificio una canasta para que le echaran pegatinas, afiches… para los vecinos”.
Dos anécdotas muestran el espíritu que se vivió.
Los jóvenes misioneros quedaron impactados por las experiencias vividas. Dos anécdotas lo ilustran bien. Un cuentapropista (alguien que trabaja por su cuenta, independiente del Estado) regaló batido de coco a los más de quince misioneros que pasaron por su cafetería. Y un señor que trabaja como basurero, no quiso poner el rostro de S.S. Francisco en el carrito de basura que conduce porque “el Papa no puede estar en la basura”.
La periodista Jennifer apunta: “Nuestro pueblo nos asombra por su receptividad a la misión, por sus puertas abiertas al Mensaje, por su cariño especial al Santo Padre, a quien siente especialmente cercano. Nuestros jóvenes asombran por no tener miedos, por vivir la vocación de quien se sabe llamado a salir, no solo fuera del templo, sino de los espacios y grupos donde habitualmente profesan su fe”
La Pastoral de Misión, la animación del P. Yosbel y el grupo de la Pastoral Juvenil Misionera ha sembrado la semilla del evangelio en los campos y ciudades y los frutos ya comienzan a verse. No pocos fueron quienes se asomaron al balcón o a las puertas para ver pasar y saludar a quienes cantaban: “Francisco te queremos, el pueblo te recibe a nuestro suelo, Francisco, como ninguno, Santiago te recibe el 21”.
“Desde las dos de la tarde hasta ya pasadas las siete de la noche tuvimos un momento de comunión especial. Ponernos en salida, si tuviéramos que definir alguna, sería la esencia que marcó este encuentro. Y es que los más jóvenes de nuestra Iglesia son unos expertos armando líos, eso a lo que nos llama el papa Francisco y que nos hacen descubrir que la naturaleza del ser cristiano pasa necesariamente por querer contagiar a otros no con doctrina alguna sino con la experiencia de sentirnos amados por Dios”.
(Con información de la periodista católica Jennifer Bergues Balart)