La justicia de Georgia autorizó la primera ejecución de una mujer en 70 años, cinco días después del apelo del Papa Francisco al Congreso
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
La justicia de Georgia autorizó la primera ejecución de una mujer en 70 años en ese territorio, cinco días después del apelo del Papa Francisco al Congreso estadounidense para terminar con la pena de muerte.
El Papa a través de un emisario envió una carta específica a la Junta de Libertad Condicional de Georgia EEUU, donde se solicitaba perdonar la vida a Kelly Gissendaner.
“Como representante personal de Su Santidad”, dice la carta firmada por el arzobispo Carlo María Vigano, “hago una petición urgente en su nombre para que se le cambie la pena de muerte a la señora Kelly Gissendaner, cuya ejecución está programada para este martes”.
Según la CNN, el estado de Georgia ejecutó en la madrugada de este miércoles a Gissendaner, condenada por la muerte hace 18 años de su esposo Douglas Gissendaner.
A pesar de la intervención del Papa, a Kelly Gissendaner se le inyectó una sustancia letal en la prisión de Diagnóstico y Clasificación de Georgia en Jackson. La Corte Suprema de Estados Unidos negó tres solicitudes de suspensión de la ejecución.
La CNN reconstruyó el caso de Kelly Gissendaner, de 47 años de edad, quien recibió una sentenciada a muerte por el crimen cometido en 1997, en el que buscó a su amante, Gregory Owen, para que matara a su esposo. Su ejecución se realizó a las 7 de la noche del martes.
Abolir la pena de muerte
La carta para salvar la vida de la condenada cita la intervención de Francisco en el Congreso de EEUU, el jueves pasado, en la que el Papa afirmó que estaba convencido de que abogaría por la abolición global de la pena capital.
“No queremos minimizar la gravedad del crimen por el que se condenó a la señora Gissendaner”, dice la misiva, “y simpatizamos con las víctimas, pero no obstante les imploro, considerando las razones que se les han presentado como junta, que le cambien la sentencia por una que exprese mejor la justicia y la piedad”.
El Papa Francisco, el pasado 24 de septiembre en el Congreso de EEUU, confirmó su empeño en “trabajar en diferentes niveles para solicitar la abolición mundial de la pena de muerte.
“Estoy convencido de que este es el mejor camino, porque cada vida es sagrada, cada persona humana está dotada de una dignidad inalienable y la sociedad sólo puede beneficiarse de la rehabilitación de aquellos que han cometido algún delito”, dijo al unir su voz a la de los obispos de EEUU.
Abolir la pena de muerte
En esa ocasión, ante los legisladores estadounidenses, citó la “regla de oro”: “Hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes”.
En este sentido, invitó a los congresistas a comprometerse por mejorar la vida en las cárceles: si “queremos oportunidades, brindemos oportunidades”, dijo.
Así, animó a actuar a aquellos que estén convencidos de que una pena justa y necesaria nunca debe excluir la dimensión de la esperanza y el objetivo de la rehabilitación.