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3 claves del Papa para que el Sínodo no sea un parlamento

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Ary Waldir Ramos Díaz - publicado el 05/10/15
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El Sínodo que escucha al espíritu santo actúa con coraje apostólico, humildad evangélica y oración confiada

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“Quisiera recordar que el Sínodo no es un convenio o un parloteo. No es un parlamento o un senado donde las partes se ponen de acuerdo”, dijo el Papa Francisco al presidir este lunes 5 de octubre el inicio del Sínodo sobre la familia junto a 270 padres sinodales (4-25 de octubre).

La fe no es un museo

“Es la Iglesia que se pregunta sobre la fidelidad del depósito de la fe porque ella no representa un museo para mirar y tampoco solo para proteger, sino que es una fuente viva de la cual la Iglesia se quita la sed para dar de beber e iluminar el depósito de la vida”, dijo el Papa Francisco esta mañana, antes del inicio de los debates sobre el tema: La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo.

Así, para que el Sínodo no sea un parlamento, el Pontífice presentó a los padres sinodales tres aspectos fundamentales para respetar: el coraje apostólico, la humildad evangélica, la oración confiada.

“Recordemos que el Sínodo podrá ser un espacio del espíritu santo solo si nosotros, los participantes nos revestimos de valentía apostólica de humildad evangélica y de confiada oración”, dijo.

“El coraje apostólico que no se deja amedrantar frente a las seducciones del mundo que se vuelcan a apagar en el corazón de los hombres la lucha de la verdad; pequeñas y temporales luchas. Ni siquiera el endurecimiento de algunos corazones que, no obstante las buenas intensiones, alejan las personas de Dios. El coraje apostólico de llevar vida y no hacer de nuestra vida apostólica un museo del recuerdo”, expresó.

El Papa pidió también “humildad evangélica que sabe vaciarse de las propias convenciones y prejuicios y escuchar los hermanos obispos y llenarse de Dios. Humildad que lleva, no a apuntar el dedo contra los demás para juzgarlos, sino para tenderles la mano para realzarlos sin jamás sentirse superiores al otro”.

Y el tercer elemento, constató es la “oración confiada, es la oración cuando se abre a Dios, cuando callan todos nuestros humores para escuchar la suave voz de Dios que habla en el silencio, sin escuchar a Dios nuestras palabras serán solo palabras que no llenan y no sirven”, indicó.

Porque explicó a los obispos presentes, auditores y expertos invitados a reflexionar sobre la familia, “sin dejarse guiar por el Espíritu, nuestras decisiones serán solo decoraciones que en lugar de exaltar el Evangelio, lo cubren y lo esconden. Queridos amigos como he dicho: el Sínodo no es un parlamento donde llegar a un consenso o a un acuerdo común que se apoya a la negociación y al pacto o al compromiso”.

El Espíritu Santo es el método

Al respecto, volvió a reafirmar que el único “método del Sínodo es aquel de abrirse al Espíritu Santo con valentía apostólica, con humildad evangélica y con oración confiada, para que sea Él a guiarnos, a iluminarnos y a anteponer, no nuestras opiniones personales, sino la fe en Dios, la fidelidad al magisterio, el bien de la Iglesia”.

La sorpresa – dijo con su voz reflexiva y llena de confianza – llega del Espíritu Santo: “Del Dios que revela a los pequeños aquello que esconde a los sabios y a los inteligentes, del Dios que creó el sábado para el hombre, y no al revés”.

“Del Dios que deja las 99 ovejas por la única oveja perdida, del Dios que es siempre cada vez más grande de nuestras lógicas y de nuestros cálculos”, agregó.

El Papa Francisco realizó su alocución después de la oración de la mañana y la meditación matutina. Sucesivamente, el Papa remarcó el método de este nuevo encuentro en el Vaticano.

Un nuevo paso que lleva del Sínodo extraordinario (octubre 2014) al Sínodo ordinario (octubre 2015).

El Papa Francisco valoró que éste Sínodo es para “evaluar y reflexionar juntos sobre el texto de la Instrumentum Laboris realizado a partir de la Relatio Synodii, de las respuestas de las Conferencias Episcopales y de las Organizaciones que tienen derecho.

“El Sínodo que, como sabemos, es un caminar juntos en el espíritu de la colegialidad y de la sinodalidad, adoptando valientemente la parresia, el celo pastoral y doctrinal, la sabiduría, la franqueza y poniendo siempre ante nuestros ojos el bien de la Iglesia, de la familia y la Salus populi suprema lex est (La salvación del pueblo debe ser la ley suprema)”.

El Papa agradeció al cardenal Lorenzo Baldissieri, secretario general del Sinodo, y a todos los involucrados en la organización y la logística del evento. “Gracias de Corazón”.

Luego agradeció especialmente a los periodistas por su “admirable atención”.

Por su parte, durante la meditación antes del inicio del Sínodo, el cardenal, Rodríguez Madariaga aseguró que los padres de la Asamblea comienzan “este Sínodo con gran alegría”.

El cardenal hondureño, voz de los padres sinodales en la oración del inicio jornada indicó que “es un camino iniciado hace ya dos años, como hermanos que venimos de los cuatro puntos cardinales convocados por Pedro, movidos por el amor a Jesús y a la madre Iglesia. Invitados precisamente a la alegría”.

 

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