“Le estamos pagando a México para que impida que llegue gente a nuestra frontera”, escribe la periodista Sonia Nazario, ganadora de un Pulitzer
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Una de las cabeceras periodísticas más importantes del mundo, The New York Times (NYT) reveló, en un artículo inserto en las páginas de opinión, que, tras la “crisis humanitaria” de las niñas, los niños y los adolescentes centroamericanos intentando cruzar la frontera en el verano de 2014, el gobierno mexicano, a petición del presidente estadunidense Barack Obama, ha llevado a cabo en los últimos 15 meses “una represión feroz” en contra de los refugiados que huyen de la violencia de América Central.
De hecho, México ya ha superado en más de 20 mil personas a Estados Unidos, este año fiscal que recién termino el 30 de septiembre en número de deportados a sus países de origen Las autoridades mexicanas han impedido el paso de los migrantes a Estados Unidos y los han regresado a sus países de origen donde algunos de ellos son asesinados, dice NYT
“México ha llevado a cabo una represión feroz sobre los refugiados que huyen de la violencia en América Central. Estados Unidos ha dado decenas de millones de dólares México durante el año fiscal que terminó el 30 de septiembre para impedir que estos migrantes lleguen a la frontera a solicitar asilo”, escribe Sonia Nazario, periodista galardonada por el Premio Pulitzer, en el texto “Refugiados en nuestras puertas”. Nazario dijo que esencialmente Estados Unidos ha subrogado el problema de los refugiados a México, el cual, dice, es similar a la crisis de refugiados que actualmente se da en Europa. “Le estamos pagando a México para que impida que llegue gente a nuestra frontera”, escribe la periodista.
La represión, cada día es peor
Christopher Galeano, quien pasó el verano pasado investigando para grupos de derechos humanos lo que está pasando en México, dijo a NYT que el gobierno de Estados Unidos “está patrocinando la caza de los migrantes en México para evitar que lleguen a los EU”. Galeano, en una dura condena al gobierno mexicano, que seguramente será escuchada por el entorno del Papa Francisco en su anunciado viaje a México en 2016, afirma en NYT: “Se les está obligando a volver a El Salvador, Honduras, a la muerte”.
El periódico estadunidense menciona que nadie ha rastreado sistemáticamente el número de deportados que terminan muertos cuando vuelven a sus casas. Sin embargo, refiere que el científico social Elizabeth G. Kennedy ha documentado par un informe próximo que en el últimos 21 meses al menos 90 migrantes deportados por Estados Unidos y México fueron asesinados. La cifra real, señala, es muy probable que sea mucho mayor.
“Fui a México el mes pasado para ver los efectos de la represión contra los migrantes, que están siendo perseguidos en una escala nunca antes vista y devueltos a sus países donde las pandillas y traficantes de drogas han tomado el control de sectores enteros. Hace más de una década, me monté en la parte superior de los siete trenes de mercancías a lo largo de México con niños migrantes con experiencias infernales a manos de pandillas, bandidos y policías corruptos que se aprovechaban de los jóvenes mientras viajaban hacia el norte. En comparación con la actualidad, ese viaje fue un juego de niños”, detalla Nazario.
De respiro a campo de refugiados
El diario neoyorquino menciona que la represión ha cambiado muchos refugios de inmigrantes dirigidos por la Iglesia católica en el sur y sureste de México como es el caso de “Hermanos en el Camino”, del padre Alejandro Solalinde. “De ser un lugar donde los migrantes paraban para un bocado rápido y un respiro, pasó a ser un campo de refugiados, donde los inmigrantes esperan durante meses obtener una visa o el asilo de México que les permitan quedarse o continuar con seguridad hacia al norte”.
En los primeros siete meses del año fiscal 2015, México ha aprehendido más centroamericanos, 92 mil 889, que los 70 mil 448 que aprehendidos por los Estados Unidos. Este año, se espera que México detenga a un 70 por ciento más de centroamericanos que en 2014, mientras que en Estados Unidos las aprehensiones se proyectan para ser recortadas a la mitad, según un estudio del Instituto de Política Migratoria del mes pasado citado por el diario norteamericano.
“Aunque el Presidente Enrique Peña Nieto de México dijo cuando anunció el llamado Plan Frontera Sur que se trataba de ‘proteger los derechos humanos de los migrantes a su paso por México’, ha ocurrido lo contrario”, dice el artículo que detalla cómo 72 mil migrantes han sido rescatados de secuestradores en los últimos años además de ser sometidos a torturas y otros malos tratos. Nazario escribe en las páginas editoriales del NYT cómo los sobrevivientes de los plagios perpetrados por el crimen organizado hablan de ser esclavizados para trabajar en los campos de mariguana y las mujeres de ser forzadas a ejercer la prostitución.
”Muchos están muertos en lo que se convertirá en un, masacre silenciosa e invisible. El impulso del gobierno ha sido interpretado como una veda abierta a los migrantes que se han convertido en presa de la explosión de los delincuentes y los policías que los roban, violan, los golpean y los matan”, Escribe la periodista Nazario.
No al asilo
La política mexicana ha cambiado. De haber sido un país ejemplar en la recepción de refugiados de todas las guerras hispanoamericanas en el siglo XX, comenzando por la Guerra Civil española hasta la guerra sucia de Argentina en los setenta, o la diáspora chilena tras la caída del régimen de Salvador Allende, se ha convertido en un país represor con los migrantes centroamericanos que van camino a Estados Unidos.
En su artículo de NYT, Nazario explica un hecho que ya se ha denunciado en varias entregas de Aleteia: que esta represión ha obligado a los migrantes a viajar en formas que son más difíciles, toman más tiempo, son más aisladas y tienen menos mecanismos de apoyo. Esto ha hecho, por ejemplo, que se recuerde como “seguro” el viaje que emprendían en el tren denominado “La Bestia”. Pero, además, existe otro obstáculo:
“Así como México ha bloqueado a los refugiados en su paso hacia delante, les coloca enormes obstáculos en el camino de ser capaces de solicitar asilo en México. Los que son detenidos por funcionarios de migración y se les permite solicitar el asilo permanecen encerrados durante un proceso que puede durar meses o un año, a veces en las cárceles donde las ratas deambulan durante el día y gusanos infestan la comida que los migrantes reciben”, dice Nazario. Y confirma su tesis recordando que “de los que son capaces de resistir en lo que dura la decisión, sólo alrededor del 20 por ciento la gana”. Según revela la periodista, “México concedió asilo sólo a 18 niños el año pasado”.