Lo que debe contar es la calidad, afirma el presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociaes
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En un mensaje de video dirigido al Encuentro de Productores de Televisión realizado recientemente en Buenos Aires (Argentina), el presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, Claudio María Celli, instó a quienes trabajan en canales católicos a intentar “dejar de ser devocionales”.
En su mensaje, Celli señaló que entre los muchos desafíos que los canales católicos enfrentan está el trabajar de cara a un contexto de imágenes y realidades que, en la actualidad, impactan, decisivamente, a quienes los ven y los escuchan.
“Nos preocupa todo el problema de la programación, de tener programas que sean de auténtica inspiración y al mismo tiempo que puedan ser aceptados, bien recibidos por nuestra población”, señaló al recomendar que la programación de la TV debería caracterizarse por entrar en un diálogo “con los hombres y las mujeres de hoy, con los jóvenes de hoy, porque tenemos algo en nuestro corazón que podemos compartir con ellos, también a través del lenguaje de la TV”.
Según dijo Celli en su mensaje, este gran desafío debe ser trasladado a la dimensión comunicativa en la familia. “Nosotros no solo tenemos que hablar de la familia, y creo que los canales de televisión ofrecen estas oportunidades de que la familia pueda hablar de sí misma, pueda contar a los otros lo que es“, manifestó.
Y, finalmente, lanzó una inquietud: “¿cómo hacemos para que este lenguaje de la Iglesia que recuerda y comunica a cada hombre y a cada mujer la misericordia del padre, pueda encontrar en la televisión y en sus programas el medio oportuno, el contexto oportuno?”.
No solamente en cantidad
En ese mismo orden de ideas, el obispo de Melo (Uruguay) y presidente del Departamento de Comunicación y Prensa del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), Heriberto Bodeant Fernández, en diálogo con la publicación Noticelam, afirmó que “la comunicación en la Iglesia nos está exigiendo permanentemente una actualización en nuestros medios, en nuestras formas de expresarnos, en nuestro lenguaje, en nuestra manera de comunicarnos”.
En entrevista, el responsable de las comunicaciones de CELAM insistió en que, sobre todo, hay que hacerse la pregunta “acerca de cuáles son, como decía el Concilio Vaticano II, las alegrías y tristezas, las angustias y esperanzas del hombre de hoy, porque todo eso tiene que ser también, alegría, tristeza, angustia y esperanza de la Iglesia”.
Con respecto a la intervención de los católicos en las redes sociales y en la cultura digital, Bodeant fue muy claro al señalar que esta realidad está en un esquema de crecimiento rápido, “y en el que mucha gente cada vez va accediendo más, de modo que hay una tarea interesante que se está haciendo, pero también tenemos que ayudar a que pueda crecer no sólo en cantidad, si no también en calidad de contenido, de mensaje, de propuesta, de actitud”.