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Rostros al desnudo. La ciencia sigue mostrándonos nuevos hallazgos. Redescubrir la santidad parece ser el nuevo interés de jóvenes científicos, quienes ponen su talento al servicio de la fe.
Primero fue la develación del rostro de tres de los santos peruanos más importantes: Santa Rosa de Lima, San Martín de Porres y San Juan Macías. Ahora, los jóvenes científicos Cícero Moraes y Paul Miamoto miembros del equipo Brasileño de Antropología y Odontología Legal (Ebrafol) anunciaron la develación del rostro de la beata Sor Ana de los Ángeles Monteagudo.
Viajaron al monasterio de Santa Catalina de Siena, ubicado en la ciudad de Arequipa. Allí fueron recibidos por la Priora Sor Rosa Elvira Cáceres Marroquín, O.P, quien les brindó todas las facilidades para éste nuevo hallazgo.
Un cráneo en custodia
En exclusiva para Aleteia, el científico Cícero Moraes Diseñador en 3D, miembro de Ebrafol, nos narra el sigilo que le pidieron las religiosas del convento de Santa Catalina, ubicado en la ciudad de Arequipa.
Ana Monteagudo Ponce de León, falleció el 10 de enero de 1686. El cráneo de la beata, se conserva en un relicario bajo la custodia de las religiosas del convento de Santa Catalina. La Priora del convento Sor Rosa Elvira, escribió una carta a la diócesis de los Santos en Brasil, solicitando la reconstrucción facial del rostro de la novicia Ana Monteagudo, quien tomó los hábitos en 1620.
Beatificada en Arequipa por el Papa Juan Pablo II en 1985. Luego de más de 300 años de su muerte, el mundo conocerá el rostro reconstruido de esta beata. Quien antes de ser priora, ocupo el cargo de sacristana, procurando la conservación de los ornamentos de culto y veneración, que para ella era una forma de meditar en Dios.
Primeras revelaciones del cráneo de Ana Monteagudo
Con el patrocinio de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, Cícero emprendió el viaje, y logró sacar fotos del cráneo, gracias a la buena disposición de la priora y religiosas del convento, comentó Cícero. Las religiosas nos permitieron, realizar una tomografía computarizada del cráneo, en una clínica de radiología de la ciudad.
Hemos hecho la reconstrucción de su rostro a la edad de 40 años. Edad en la que Ana Monteagudo, decidió hacerse cargo de su pequeño mundo enclaustrado con 300 personas a su cargo; entre novicias, madres, laicas y servidumbre, se convirtió en la priora del convento, durante el obispado de Pedro de Ortega Sotomayor.
Según los expertos brasileños, los cráneos proporcionan información sobre las características de la persona, por lo que es posible, mediante ingeniería inversa, la reconstrucción de los músculos y tejidos.
El tamaño de la nariz, la posición de los ojos y la anchura de la boca se derivan de la anatomía. Toda la información extraída de los huesos se aplica a un programa libre de ordenador, que nos permite mostrar el nuevo rostro, explicó Cícero.
Descubrió su vocación en el monasterio
Su único deseo era permanecer en el monasterio. A los 16 años quería casarse con Dios. Sus padres se convirtieron en sus principales opositores, sin embargo ella se mostró fiel a su vocación. Decidió mudarse nuevamente al Monasterio de Santa Catalina, donde sus progenitores la habían dejado desde los 5 años.
Pronto la ciudad amurallada del monasterio se convirtió en su mundo. Allí aprendió a vivir con entusiasmo el ideal de Domingo de Guzmán y de Catalina de Siena. Entregada a la oración, escuchó y comprendió la voluntad de Dios en su vida. Debía reformar el convento y conducir a las religiosas hacia una vida espiritual profunda lejos de toda superficialidad.
Y así lo hizo. Hasta que sus superiores le pidieron asumir el cargo de maestra de novicias y priora del convento en 1647. Logró grandes cambios al interior del claustro, puso siempre esmerada perfección en las virtudes, paciencia y serenidad en los sufrimientos.
¿Qué necesita Sor Ana para subir a los altares?
Con dos milagros probados, la Santa Sede espera la documentación necesaria, para demostrar la desaparición de un tumor en la tiroides que padeció Arturo Rivasplata en 2010, éste es el milagro que aún espera ser comprobado en el vaticano, para que Monteagudo, logre subir a los altares.
Los jóvenes científicos esperan contribuir a humanizar la devoción de los fieles para conocer a la persona que está detrás del Santo. La pintura "post mortem" muestra algunas similitud de la cara que los científicos han logrado develar, Cícero comenta que la persona que la pintó, logró rescatar algunas similitudes del rostro que ahora luce, la mandíbula, por ejemplo coincide con los rasgos que arroja el rostro develado de la beata.
Los científicos retornarán a Perú en el mes de enero, para mostrar su rostro reconstruido, luego de haber cumplido con la develación en Brasil, del rostro de Santa Paulina, primera Santa Brasileña.