Aunque el país celebra la Navidad, lo hace para festejar la “dinastía” de los Kim
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El viaje muy supervisado de cinco obispos al país más cerrado del mundo forma parte de una serie de señales de “reanimación” de las relaciones entre las dos Coreas. A principios de diciembre, la delegación de obispos consideraba las posibilidades que ofrece el régimen para renovar el único lugar de culto católico en el país: la Catedral de Changchung en Piongyang.
¿Una misa de Navidad?
A su vuelta de Corea del Norte el 5 de diciembre, la delegación aseguró haber recibido garantías de que los sacerdotes surcoreanos podrían ir “regularmente” a Corea del Norte para celebrar las grandes fiestas religiosas católicas. La delegación se ha reunido in situ con el presidente de la Asociación Católica de Corea.
Este órgano oficial del régimen norcoreano, creado como una fachada para dar credibilidad a la libertad religiosa en Corea del Norte, contaría con 3000 adeptos según fuentes oficiales. Se trata de personas ancianas, todos bautizados antes de la partición de las dos Coreas, y la agencia de noticias Asianews calcula que en realidad está compuesta de unas 800 personas.
El Belén de Kim
Aunque, teóricamente, la libertad religiosa está garantizada por la Constitución de Corea del Norte, en la práctica se trata de unos de los países más represivos del mundo con las religiones, por delante de Arabia Saudí, según la clasificación anual de la fundación internacional Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS en sus siglas en español).
Sin embargo, aunque el país celebra la Navidad, lo hace para festejar la “dinastía” de los Kim. En lugar de celebrar el nacimiento del Mesías, se conmemora el de la madre de Kim Jong Il, Kim Jong Suk. Este aniversario coincide con el de la ratificación de la 19.ª sesión del 6.º Comité Central del Partido de los Trabajadores, es decir, el comienzo de la política de dominación militar en Corea del Norte.
Fiestas nacionales
Mientras que en otros lugares la colocación de la figura del Niño Jesús en el Belén forma parte del festejo, los norcoreanos son “invitados” a participar en las celebraciones en honor de la familia Kim. Los recalcitrantes que no se beneficien de una derogación, serán sujetos a una “sesión de autocrítica” en público.