Nuevas investigaciones destacan que la esclavitud invisible de los europeos cristianos necesita más atención de los historiadores
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Robert Davis, profesor de Historia de la Ohio State University, desarrolla en su nuevo libro una metodología única para calcular el número de cristianos blancos que fueron esclavizados a lo largo de la Costa Bereber africana, llegando a una estimación de la población de esclavos mucho mayor que cualquier estudio anterior.
La mayoría de los estudios sobre la esclavitud a lo largo de la Costa Bereber no se dedica a estimar el número de esclavos, o considera solamente el número de esclavos en ciudades concretas, observa Davis. Muchas estimaciones esclavistas anteriores llegaban por eso a millares, como mucho a decenas de millares de esclavos.
Davis, sin embargo, calcula el número entre 1 y 1,25 millón de cristianos europeos capturados y forzados a trabajar en el norte del África del siglo XVI al XVIII. Las nuevas estimaciones aparecen en el libro “Christian Slaves, Muslim Masters: White Slavery in the Mediterranean, the Barbary Coast, and Italy, 1500 – 1800” (Palgrave Macmillan).
“Mucho de lo que se ha escrito da la impresión de que no existían esclavos numerosos, y minimiza el impacto de la esclavitud en Europa”, dice Davis. “Ellos consideran solamente la esclavitud en un lugar, o sólo durante un corto período de tiempo, pero cuando mas amplías la visión, la esclavitud masiva y su poderoso impacto se vuelven claros”.
Es relevante comparar ese tráfico mediterráneo con el comercio de esclavos negros africanos en el Atlántico. A lo largo de cuatro siglos, el comercio de esclavos en el Atlántico fue mucho mayor – cerca de 10 a 12 millones de negros africanos fueron traídos a las Américas. Pero entre 1500 y 1650, cuando el tráfico transatlántico de esclavos estaba aún comenzando, probablemente hubo más esclavos blancos y cristianos capturados en la Costa Bereber que esclavos negros africanos en las Américas, según Davis.
“Un de las cosas que tanto el público como muchos investigadores tienen en común es pensar siempre en la esclavitud como racial por naturaleza: que sólo los negros fueron esclavos. Pero eso no es verdad”, declara el investigador. “No podemos pensar en la esclavitud como algo que sólo los blancos hicieron contra los negros”.
Durante el período de tiempo estudiado por Davis, la religión y la etnia determinaban tanto como la raza de quien sería esclavo. “La esclavitud era una posibilidad muy real para cualquier viajante del Mediterráneo o que vivía cerca de las playas de Italia, Francia, España y Portugal, e incluso del norte de Europa, como Inglaterra e Islandia”.
Piratas de ciudades a lo largo de la Costa Bereber, en el norte de África, como Túnez y Argel, abordaban navíos en el Mediterráneo y en el Atlántico, así como invadían villas costeras para capturar hombres, mujeres y niños.
El impacto de esos ataques fue devastador: Francia, Inglaterra y España perdieron, cada una, miles de navíos, y amplias franjas de la costa italiana y española fueron casi completamente abandonadas por sus habitantes. En su apogeo, la destrucción y el despoblamiento de algunas áreas probablemente excedió al que los esclavistas europeos provocarían posteriormente en el interior africano.
Aunque centenas de miles de esclavos cristianos fueron capturados de países mediterráneos, Davis notó que los efectos de las incursiones esclavistas musulmanas se sintieron mucho más allá: por ejemplo, durante la mayor parte del siglo XVII, los ingleses perdían por lo menos 400 marineros al año por los traficantes de esclavos de África.
Ni tampoco América quedó inmune. Un traficante americano informó de que 130 marineros fueron esclavizados por los argelinos en el Mediterráneo y en el Atlántico solo entre 1785 y 1793.
Davis afirma que el vasto alcance de la esclavitud en el norte de África fue ignorado y minimizado, en parte porque no hay ninguna agenda para discutir lo que pasó.
La esclavitud de europeos no encaja en el tema general de la conquista del mundo y del colonialismo de Europa, que es central para los estudios a comienzos de la era moderna, dice. Muchos de los países que fueron víctimas de esclavitud, como Francia y España, acabarían conquistando y colonizando áreas del Norte de África, donde sus ciudadanos fueron anteriormente detenidos como esclavos. Tal vez por causa de eso, los estudiosos occidentales piensan sobre todo en los europeos como los “colonizadores malos” y no como víctimas de la esclavitud, cosa que también fueron, considera Davis.
Según él, otra razón por la cual la esclavitud en el Mediterráneo ha sido ignorada o minimizada es que no hay buenas estimaciones del número total de personas esclavizadas. Los hombres de la época – tanto los europeos como los tratantes de esclavos en el norte de África – no dejaron números detallados y fiables. En contraste, existen muchas fuentes que documentan el número de africanos traídos como esclavos a las Américas.
Davis desarrolló una nueva metodología para estimar de forma razonable el número de esclavos en la Costa Bereber. Investigó, primero, las mejores fuentes disponibles que indicasen cuantos esclavos había en determinada localidad y período de tiempo. Después, estimó cuantos nuevos esclavos deberían ser capturados para sustituir a los esclavos que morían, huían o eran rescatados.
“La única manera de encontrar números concretos era cambiar el problema entero de arriba abajo: descubrir cuantos esclavos tenían que capturar para mantener cierto nivel. No es la mejor manera de hacer estimaciones de la población, pero es la única en el caso de los limitados registros disponibles”.
Juntando esas fuentes, como muertes, fugas, rescates y conversiones, Davis calculó que cerca de la cuarta parte de los esclavos tenía que ser sustituido todos los años para mantener esa población estable, como aparentemente fue entre 1580 y 1680. Esto significaba que cerca de 8.500 nuevos esclavos tenían que ser capturados al año, sugiriendo, en general, casi un millón de esclavos capturados durante ese período. Utilizando la misma metodología, Davis estimó 475.000 esclavos adicionales que fueron capturados en los siglos anteriores y siguientes.
El resultado es que, entre 1530 y 1780, casi ciertamente 1 millón y posiblemente 1,25 millón de europeos, blancos y cristianos, fueron esclavizados por los musulmanes de la Costa Bereber.
Davis declaró que su investigación sobre el tratamiento de esos esclavos sugiere que, para la mayoría de ellos, la vida era tan difícil como la de los esclavos en las Américas. “En el campo de las condiciones de vida diarias, los esclavos del Mediterráneo ciertamente no tenían condiciones mejores”.
Mientras los esclavos africanos hacían un trabajo extenuante en las plantaciones de azúcar y algodón en las Américas, los esclavos cristianos europeos muchas veces trabajaban tan dura y letalmente como ellos – en canteras, en la construcción pesada y, sobre todo, como galeotes de los propios navíos corsarios.
Davis declara que esa esclavitud invisible de los europeos cristianos necesita más atención de los expertos.
“Nosotros perdemos el sentido de cómo la esclavitud fue un gran problema para los que vivían en el Mediterráneo. Los esclavos son esclavos, sean negros o blancos, estén sufriendo en América o en el Norte de África”.
Material disponible en Research News, traducido y extractado por el blog Castelo Histórico y traducido al español por Aleteia