Un sacerdote de Qaraqosh estudiante en Roma anuncia su “contra-éxodo”: “el éxodo cristiano ha sido una catástrofe, quiero ser uno de los que regresen”
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¿Quién, después de diez años de haber salido de Irak, volvería al país a vivir entre los cristianos perseguidos y justo al lado de los territorios controlados por los yihadistas de Daesh? Georges Jahola, un sacerdote católico sirio originario de Qaraqosh, en la llanura de Nínive ocupada hoy por Daesh, pasó muchos años en Roma para terminar sus estudios en Ciencias Bíblicas en la Pontificia Universidad Lateranense. Luego tomó su decisión: regresar a Irak dentro de unos pocos días. “¡No puedo esperar!”, expresa en una entrevista en el sitio web Tempi.it.
Tras un año y medio, el número de cristianos perseguidos a causa de su fe en Jesucristo asciende a 120.000. Un tercio de ellos se ha refugiado en Jordania, Líbano, Turquía y Europa; los otros en los campos de refugiados de Dahuk y Erbil, en el Kurdistán iraquí, ya inundado de refugiados tras la toma de Mosul por los yihadistas en junio de 2014.
Georges Jahola aún no sabe cuál será su destino. Cree que entre los refugiados de Erbil, que disponen desde el pasado 5 de noviembre de una iglesia –Nuestra Señora de la Anunciación–, que puede acoger a cerca de 700 fieles en sus asientos y más de un centenar de pie. La construcción del edificio ha sido financiada gracias a las donaciones recaudadas por la asociación francesa Fraternidad en Irak (Famille Chrétienne).
Unas motivaciones más fuertes que el miedo
¿Por qué está tan deseoso el padre Jahola de regresar, a pesar del éxodo de los cristianos? Simplemente, responde, “para ayudar a mi pueblo y ayudar a los refugiados que lo han perdido todo” o aún más simplemente “porque no me he parado a preguntarme por qué”. Afirma no tener miedo, así de grande es su motivación.
“El hecho de que tantos cristianos hayan abandonado el país –eran un millón y medio en 2003 y ahora no son más de 250.000 en todo el país– es una verdadera catástrofe”, sería necesario que se facilitara el regreso de tantas personas, pero sabe que “sin un plan iraquí e internacional, es algo que no sucederá jamás”. Él quiere ser uno de los que regresen.
Jahola lamenta que se tenga tan poco en cuenta a los cristianos: “Estamos siendo completamente ignorados. A muchos iraquíes les viene bien que los cristianos se hayan ido, así pueden apropiarse de sus bienes, sus tierras, es una ventaja para los kurdos, los sunitas, los chiitas… Por eso no se hace nada para defender a las minorías”.
A decir verdad, el padre Jahola se encuentra decepcionado, pero también un tanto sorprendido por el giro que han tomado los acontecimientos. Él pensaba que después de la caída de Mosul la ciudad sería retomada de un momento a otro.
Se explica: “Creía que sería así porque lo habían prometido desde el principio los americanos, junto con el gobierno central iraquí y el gobierno del Kurdistán. Dijeron que les harían caer en un año y medio para retomar el control de la situación. Sin embargo, nada ha cambiado. Los cristianos ven que nadie se preocupa por recuperar sus hogares, así que sucumben a la desmoralización y se marchan”.
El padre Jahola dice que los rumores que dicen que Daesh se está retirando cada vez más de los pueblos hay que cogerlos con pinzas. “Hay demasiada información discordante como para estar seguros de la verdad”, opina.
Contra el terrorismo, una Europa demasiado tímida
Sobre la expansión del terrorismo hasta Occidente, el sacerdote sirio está lejos de sorprenderse: “¿De qué otra forma podría ser? Habéis destruido los regímenes que frenaban su avance: Irak, Siria, Libia. Es lógico que estén a vuestras puertas. Han sido los occidentales, con las guerras, los que han permitido todo esto”.
¿Y la respuesta de Europa al terrorismo? Él la juzga realmente tímida: “Creo que Europa no ha comprendido que está en verdadero peligro. Los gobiernos son muy tolerantes, pero hace falta más convicción. Hace años que lo repito: la convivencia debe estar reglada por las leyes, los extranjeros que no acepten el sistema europeo deberían volver a sus hogares”.
A este respecto, para el sacerdote lo sucedido en Colonia habla por sí mismo. Los occidentales deberían tratar de comprender la lógica de los otros y ponerse en su lugar. Europa, según opina, tiene esquemas humanitarios y de tolerancia que no siempre están bien adaptados, hay muchos inmigrantes musulmanes radicales que ven las cosas de forma diferente y se aprovechan del sistema.
¿Qué cabe esperar en 2016?
Georges Jahola espera nuevas derrotas de Daesh y una reconquista de los territorios, pero el conflicto en Irak es tan complejo –sunitas, chiitas y kurdos nunca se ponen de acuerdo, afirma– que él no ve forma de que las tres fuerzas puedan gobernar. Y los cristianos, desea precisar, son también víctimas de este conflicto político. Por ahora, no le queda más que confiar en que Roma refuerce las comunidades y las diócesis en peligro de extinción; y que la comunidad internacional no escatime en sus esfuerzos de proteger a las minorías de Irak.